Hay gente que se dedica a la agricultura y ganadería, y trata con vacas y caballos; otros se dedican a la medicina y tratan de que la gente no se muera, otros al arte y tratan de atrapar la belleza. Y existen otros seres extraños, que tratan de analizar el pensamiento, cosa escurridiza o granítica, según se mire. Todos cumplen con su función, pero los últimos son personas originales y raras y algunas han terminado con el cerebro aguachinado o en un manicomio o cerca. Algunos han cambiado el mundo, simplemente por pensar y decirlo. Muchos han acabado en las mazmorras y atados con grilletes, simplemente por pensar. Lo malo no es pensar, sino llevar a cabo lo que piensas, decirlo y comunicarlo. El pensamiento es el arma más poderosa del hombre y más peligrosa. El cerebro es el mayor regalo de la naturaleza. El pensamiento existe desde que existe el hombre. El pensamiento elaborado hay que fecharlo en Grecia. En China e India también existió, pero siempre unido a la religión. Con los griegos despegó el racionalismo. El pensamiento es lo que queda. Se van muriendo los que admiramos: Alfonso Sastre. Mikis Teodorakis, García Márquez, García Lorca, Neruda, Marx y Hegel; pon en la lista los que más te gusten.