Para quien tiene juicio, queda claro que los padres de la Constitución al gestar el artículo 56.3 sobre la inviolabilidad del monarca, lo hicieron pensando en el desempeño de sus funciones, no en su impunidad si incurría en excesos por su cuenta y riesgo. Pero, tras conocer las presuntas tropelías cometidas por el emérito, está claro que la derecha española no es de la misma opinión.Habrá que decirle que cuando se mira para otro lado y se ocultan problemas, las naciones se desmoronan. Para que no ocurra, ha llegado el ineludible momento de crear, y no bloquear, una comisión de investigación que analice qué pudo suceder y redacte una ley de la Corona para que no se repita. Si la monarquía quiere tener futuro, debe ser transparente y ejemplar. Y si está en horas bajas, es por (e)mérito propio. La igualdad de todos ante la ley no puede tener excepciones y, de momento y según quiere la derecha, existe una gran desigualdad en la figura del rey.