Pues resulta que Santiago Abascal, de 45 añitos recién cumplidos el 14 de abril (¡ay!), de profesión político, no conocía la ley electoral ni cómo funciona el asunto. Anima a la gente que ha votado por correo a acudir presencialmente, porque ese voto físico anula al postal, dice, parafraseando a Trump. Ha rectificado, solo faltaba, pero ya está dicho.