Qué envidia de las aves / que cruzan las fronteras / libremente. ¡Qué envidia del espacio abierto! / De poder volar sin usar mascarillas / trenzadas con hojuelas y raíces / como quisiera el titular de medio ambiente. / (Yo no puedo ir a Francia). / Qué envidia de las aves / sin problemas de vivienda, / desplazándose a través de continentes, / siguiendo el mapa del clima / y preparando su nido / en la parte más alta de los árboles, / muy cerca de la cima. / Con buena orientación al sur / en el centro del parque, / del valle o la montaña. / Y sin llegar a los quinientos mil / euros el precio de la casa. / (Yo no podría comprarla). / Qué envidia de las aves, / que actúan con los ciclos de regeneración / de la naturaleza, / uniéndose a la tierra y a los mares, / a cultivos, a todas las especies / -que quedan- de insectos y animales. / (Yo no puedo ir a Francia). / Los humanos forzamos y acosamos / las especies vivientes / y mientras degradamos la vida / en el planeta / las enfermedades saltan de animales /a humanos / en un intento de dar salida al caos, / en un intento insano. / ¿Yo no podré ir a Francia?