"No se trata de confinar al 100% de los ciudadanos para que el 1% contagiado se cure". Es la última perla de la ideologizada e imprevisible Isabel Díaz Ayuso. ¿Conoce la empatía? ¿Es capaz de ponerse en la piel del otro y palpar sus sentimientos? Y no digo que lo haga con alguno de los 67.000 sentenciados en Madrid o los 480.000 en España que morirían de seguirse sus directrices, sino con un ser querido de ese amplio grupo de condenados.De nuevo usa el falso dilema de economía o salud, que siguieron otros negacionistas y que tuvieron el valor de rectificar. Otras ciudades con cifras mucho más bajas, como Londres, Nueva York o París, cierran actividades no esenciales porque se trata de salvar vidas. Y C's es responsable de sostener a quien antepone espurios intereses a la salud. Sin salud, no hay economía. Ambas son indisociables. Ya lo refería un sonado éxito: "Salud, dinero y amor". Por ese orden. La siempre necesaria salud, lo primero. El dinero, después. Y el amor€ seguro que llegará."Uf€ qué penita€" Esto es lo que me respondió un amigo al enterarse de que mi Trabajo Fin de Grado versa sobre el final de la vida. A esta expresión, se le podrían sumar muchas otras: "qué tristeza", "qué horror", "qué duro", "menudo sufrimiento"€ Puede haber distintos motivos que conduzcan a exclamar estas expresiones. Entre ellas, se encuentran el rechazo/miedo a la muerte, el desconocimiento acerca del cometido fundamental del cuidado paliativo, o la experiencia cercana de un final de vida con dolor, sufrimiento o angustia, sin cuidado y sin confort. Ante lo anterior, esta semana, mediante distintas actividades se está conmemorando el Día Mundial de los Cuidados Paliativos con el fin de darles la visibilidad que merecen y mostrar la importancia que estos tienen para la persona que vive con una enfermedad avanzada e irreversible y sus familiares. Este año, bajo el lema "my care, my comfort" se continúa apelando a la responsabilidad individual y colectiva que tenemos como sociedad por seguir pidiendo el desarrollo de políticas que inviertan y desarrollen plenamente unos cuidados paliativos de calidad para todos, porque, de ello dependerá el cuidado y bienestar del final de nuestros días.