Llega la derecha política y el folio en blanco que representa a la sanidad pública, entre otras cosas, lo hace una bola y lo deja hecho un gurruño. En estos momentos entra en escena el progresismo a deshacer el entuerto, y a intentar alisar la hoja de papel, para dejarla tan plana como estaba, algo que es imposible ya que esas arrugas dejadas en el papel son irrecuperables. Pues bien, hay que ser muy despreciable, miserable y los mayores descalificativos que te puedas imaginar para que los mismos y mismas que recortaron la sanidad pública y arrugaron irreversiblemente el papel les exijan que lo dejen bien liso y pulido.