No emergemos entre tanta emergenciaEP
El flamante nuevo presidente de la Comunidad Valenciana, Fran Pérez Llorca, se citó con Pedro Sánchez ayer pero debieron estar en reuniones diferentes. El Gobierno la consideró constructiva por la comisión mixta que acordaron para reconstruir las áreas afectadas por los estragos de la dana, pero el del PP tiró de manual: al enemigo, ni agua, que mira si no traía de sobra.
Pérez Llorca salió decepcionado porque no le perdonaron los 2.500 millones que le han dado a su comunidad para afrontar la emergencia, por si cabían dudas de por dónde va la prioridad: socializar los costes y desorientar ante otras emergencias. Por ejemplo, la del machismo. Merced a su acuerdo con Vox, Valencia reniega del lenguaje inclusivo y ya no habrá comisiones específicas de igualdad para las mujeres ni para el colectivo LGTBI. Curiosa forma de hacernos libres a todas y todos la que ofrece la coalición de facto PP-Vox, que lleva ruta de reeditarse en Extremadura y Aragón, pese a su fracaso previo. A otra emergencia, la migratoria, sosteniendo que los que llegan no trabajan porque no quieren. “El trabajo os hará libres” también era lo que ponía en las puertas de Auschwitz.
La gota que colma
Más dinero para la flota eléctrica
Fondos para el plan Moves. Ayer supimos por el Gobierno Vasco que llegarán a los tres herrialdes de la comunidad otros 50 millones del plan Moves del Gobierno para subvencionar la compra de vehículos eléctricos. Días atrás se confirmaron otros 5 para lo mismo en Nafarroa. Un éxito para el que no había dinero suficiente, al parecer, y han hecho falta dedicar otros 400 millones en todo el Estado. Y, aún así, hablamos de unos decimales en el porcentaje de vehículos verdes vendidos este año respecto al pasado. Afrontémoslo: son caros, generan dudas de carga y, apretando, apretando, el Simca todavía tira.
Así que, cuando Pedro Sánchez abogaba ayer por un pacto de Estado frente a la emergencia climática, ya supondría que los sospechosos habituales van a silbar mirando a otro lado. Hay legión de negacionistas, y no solamente en la ultraderecha tramontana; que se lo digan al primo de Mariano Rajoy, que le tenía convencido. Se llama José Javier Brey Abalo, por cierto -rozando el larguero, ¿eh?-.
Negacionista es de lo que le acusan a Santos Cerdán. Ayer le pidieron que confirmara si Sánchez se vio con Otegi y no respondió, pero que si sus señorías del Senado quieren interesarse por alguna reunión, que atiendan a la que sostiene que mantuvieron cargos de Vox y de la Guardia Civil en un chalé de Ortega Smith y a la que atribuye las acusaciones contra su persona. Que no emergemos del pozo, vamos.