Poder mirar, ver a la persona de manera integral y aceptarla tal y como se nos presenta es un gran logro. Grande, porque demuestra la amplitud y generosidad de esa mirada. Grande, porque es una muestra de la inteligencia y humanidad de quien proyecta la mirada.

Porque ver, mirar a la persona en su totalidad nos da la oportunidad de conocer sus debilidades, pero también de ver sus fortalezas. Y juntas, juntos, con nuestras debilidades y fortalezas, creamos comunidad: ofreciendo apoyo en las necesidades ajenas y pidiendo ayuda cuando la requerimos. Porque necesitamos de ambas acciones (dar y recibir) a lo largo de los distintos ciclos vitales.

Este año, el lema del 10 de octubre es “Compartimos vulnerabilidades, defendamos nuestra salud mental”.

En el mundo hay millones de personas que padecen las consecuencias de las guerras, devastaciones y otras situaciones difíciles, pero, en nuestro entorno más cercano, también hay personas que sufren alguna enfermedad mental. De hecho, disfrutar de salud en la actualidad no garantiza que la vayamos a mantener en el futuro. Todas las personas somos vulnerables y afrontamos de distinta manera las vicisitudes de la vida.

Por eso, como recuerda la OMS, cuidar y defender la salud de manera integral es muy importante. Sin olvidar, por supuesto, la salud mental.

Según uno de los últimos informes de esta entidad, hay 1.000 millones de personas con algún trastorno mental en el mundo y, si bien es cierto que en algunos países se están tomando medidas y poniendo recursos, la transformación de los servicios de salud mental es uno de los principales retos que tenemos. No podemos olvidar que tener una buena salud mental no es un privilegio, sino un derecho. Y así lo venimos reivindicando en los últimos años.

Hoy en día se habla mucho de empatía y de comunidad. Nos mueve la esperanza, la esperanza de una sociedad conformada por personas empáticas. Una sociedad construida entre personas diversas que seremos más fuertes sin esconder nuestras vulnerabilidades, con el apoyo de la comunidad, siendo soporte mutuo.

En Gizaide Fundazioa nos esforzamos en ofrecer nuestro mejor servicio desde hace más de 25 años: apoyando a personas vulnerables, escuchándolas, aprendiendo de ellas y, sobre todo, reconstruyendo su dignidad. Necesitan del trabajo de todas las personas profesionales y voluntarias, por supuesto, pero a su vez, a medida que avanzan en su proceso de fortalecimiento, adquieren capacidades y pueden ofrecer lo mejor de sí a la sociedad. Porque eso es ser una comunidad; construir entre todos y entre todas.

No podemos caer tampoco en la simplicidad. Sabemos que este reto requiere de un apoyo serio por parte de la Administración y diversos agentes. Hacemos un llamamiento para que cada cual haga lo que debe y le corresponda desde su posición. Gizaide Fundazioa tiene la firme determinación de continuar por el camino iniciado y, a su vez, ir dando respuesta a los nuevos retos que se presenten.

*Directora de la Fundación Gizaide