La política se nos ha llenado de prefijos y sufijos. No es que el uso de –tal y como define la RAE– afijos que van “antepuestos” (aquí un prefijo) o pospuestos “principalmente” (aquí un sufijo) a la raíz sea algo ajeno al habla común pero es que igual nos estamos pasando. Esto quizá sucede porque la política es el reino del sufijo -ismo (capital-ismo, social-ismo, comun-ismo, nacional-ismo...), de retorcer el lenguaje y de hiper-ventilar. También hay quienes se auto-definen por aquello con lo que están en contra: anti-capitalistas, anti-comunistas, anti-fascistas –o peor, antifa–. A este respecto, invito a quien tenga agallas a visionar un vídeo de la televisión oficial bolivariana sobre la clausura del “Encuentro Mundial Antifascista” dentro de la constitución de la “Internacional Antifascista” celebrado en Caracas en coincidencia con la fraudulenta toma de posesión de Nicolás Maduro, convertido allí en un héroe. Si eso no es fascismo, se le parece mucho. Mientras, en efecto, por aquí se habla mucho del palac-ete, de pension-istas, de trans-porte, de inqui-okupas (un palabro), de des-confianza, de auto-gobierno, de re-forma, de re-novación, de trans-ferencias. Pero siempre se puede rizar el rizo. Hace unos días, el portavoz parlamentario de EH Bildu, Pello Otxandiano, explicó, dentro de su teoría de que “en la era de la Inteligencia Artificial” no tiene sentido tener tres haciendas forales, que su partido apuesta por una reforma fiscal posneoliberal. He aquí dos prefijos que se suceden y a los que se puede añadir un sufijo para conformar el posneoliberalismo. Más aún: el posultraneoliberalismo. La era pos-izquierda aber-tzale es inextricable. Antes exigía la independencia y el socialismo, y se entendía. Ahora: “No nos valen pequeños cambios incrementales, es el momento de activar transformaciones exponenciales”; “hemos chocado contra los límites biofísicos del planeta”, explica Otxandiano, que invita a ser “radicalmente realistas”. La era pre-pos-independen-tista está siendo complicada. ¡Qué será la trans-retro-archi-neo-pseudo-independentista!