Recuerdo la época en la que estudiaba y pensaba en mi vejez. En aquella época, además de quedarme muy lejos la edad de jubilación, estaba convencida que con 65 años dejaba de trabajar sí o sí. ¡Qué tierna es la juventud y qué maravillosa la inocencia del desconocimiento de lo que acontecerá! Jamás imaginé que el sistema de la seguridad social cambiase tanto como para encontrarme actualmente reflexionando sobre la injusticia de la regulación actual de la jubilación. En 2013, con la puesta en marcha de la Ley 27/2011, en mi inocencia y mi absoluta convicción que llegaría de sobra a los años requeridos para poder jubilarme con una pensión digna, llegué a soñar en una jubilación anticipada. Nunca pude imaginar un escenario tan complicado como el actual: el sistema no depende de lo que has esforzado en querer trabajar, depende de lo que han querido cotizar tus empleadores (si lo han hecho) y de lo que decida el poder legislativo y, en su caso, el gobierno.

¿Sabéis que a partir del 1 de enero del 2025, tendréis que haber trabajado y cotizado (que por desgracia no es lo mismo) 38 años y 3 meses, para poder jubilaros con 65 años? ¿Sabéis que, si no podéis demostrar esos años de cotización y queréis optar por el total de la pensión de jubilación, deberéis haber cumplido al menos 66 años y 8 meses? Jamás imaginé un escenario tan injusto y tan injustificado. En otros países, al menos, generas en tu trabajo una bolsa de dinero que se dedica a tu jubilación y no cambia la edad de jubilación. Con este sistema - que nos toca asumir a una gran parte de los trabajadores en Euskadi - tienes la incertidumbre y el desconocimiento de tu fecha de jubilación y de la cuantía que recibirás dependiendo de ajustes legislativos: es imposible planificar cuándo finalizas tu vida laboral activa y cómo será.

Cuando estudiaba, solo pensaba en trabajar; ahora que trabajo, solo pienso en volver a estudiar y esperar que cambie el viento, y que -con suerte- se reconozca lo que hemos cotizado para poder tener una jubilación digna y acorde a lo que hemos cotizado.