Como historiadores profesionales, académicos y no académicos, asistimos perplejos a los acontecimientos que se han sucedido en los últimos días y semanas en Zarautz, a raíz de la celebración el día 6 de septiembre del 500º aniversario de la vuelta al mundo de la zarauztarra nao Victoria. Creemos que cualquier celebración es lícita, pero con una suficiente base histórica, si es eso precisamente, la Historia, lo que se reivindica. El Ayuntamiento de Zarautz ha mostrado un preocupante desdén hacia el oficio profesional del historiador, dando por buenas y sin contraste crítico-analítico ciertas teorías que circulan. La ciencia histórica se basa en el contraste de los hechos y eventos, poniendo a prueba la documentación, confrontándola y contextualizándola.

Es llamativo, asimismo, que el Ayuntamiento de Zarautz, asumiendo y excediendo las funciones de una institución científica, se haya apropiado de la capacidad de oficializar una supuesta teoría histórica, sin que, en este caso, al menos por lo que sabemos y ha aparecido en los medios, haya mediado informe ni peritaje especializado alguno. Es flagrante el ninguneo hacia los historiadores profesionales, que en este tipo de eventos deberían tener un protagonismo primordial, teniendo en cuenta su papel social. Hecho que contrasta con cualquier licitación de obra o construcción, en la que deben mediar una serie de informes y peritajes especializados y confeccionados por profesionales de la geografía, la cartografía, la arquitectura, etc. Teniendo en cuenta el elevado número de historiadores profesionales dedicados al estudio de la Historia de Gipuzkoa o la existencia de instituciones como la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Eusko Ikaskuntza, Albaola Itsas Kultur Faktoria, la Asociación de Historiadores Guipuzcoanos Miguel de Aranburu Gipuzkoako Historialarien Elkartea o la Universidad del País Vasco y sus departamentos de Historia, no entendemos qué criterios se han seguido para llevar a cabo la celebración de la supuesta construcción de la nao Victoria en Zarautz en 1515. No nos oponemos al debate y la discusión historiográficos, por mucho que algunos de los discursos formulados carecen de la más mínima garantía, rudimentos y prácticas historiográficas, y, estamos seguros, de que no soportarían crítica documental e historiográfica alguna, basadas como están en meras conjeturas, “leyendas” y “mitos” formulados en su mayoría a finales del siglo XIX, por mucho que formen parte de la cultura popular de Zarautz y los zarauztarras. Un error o mentira historiográficos no son más verdad por muchas veces que se repitan u oficialicen.

Al igual que el conocimiento de la historia y el pasado ayudan a no repetir los errores en el presente y el futuro, esperamos que el evento de Zarautz sirva de ejemplo para el resto de ayuntamientos y localidades de Gipuzkoa, la CAV y Euskal Herria, cuando quieran dar inicio o instaurar cualquier evento relacionado con la historia, y acudan a las instituciones y comunidad científica para contrastar cualquier información o teoría, para no repetir los errores cometidos en ese caso concreto. Por todo ello:

- Reclamamos, por tanto, en primer lugar, que nuestras instituciones de gobierno promuevan una historia honesta, practicada por historiadores que, aunque no sean académicos, cuenten con su aval científico y profesional, y apliquen la metodología científica y el método historiográfico.

- En segundo lugar, reivindicamos el papel social de los historiadores y de las instituciones científicas guipuzcoanos y la necesidad de contrastar teorías y supuestos interesados, ideologizados o partidistas, vengan de donde vengan, a través del peritaje de los profesionales de la historia, antes de lanzarse a conmemoraciones con escasa o ninguna base histórica y científica.

- En definitiva, hacemos un llamamiento al Ayuntamiento de Zarautz y las instituciones guipuzcoanas y del País Vasco-Euskal Herria para que echen mano de un instrumento a su alcance y financiado con fondos públicos, los y las historiadoras profesionales y las instituciones científicas de la provincia, y denunciamos las malas prácticas que en los últimos tiempos se están generalizando en algunos ayuntamientos guipuzcoanos, que la conmemoración en torno a la supuesta construcción de la nao Victoria en Zarautz ejemplifica perfectamente, pues, en ningún caso, se ha sometido dicho evento al debido peritaje y crítica historiográfica.

La historia tiene su método, que la aleja de ser una mera acumulación de datos y especulaciones, a través del análisis crítico, las visiones comparadas, la contextualización y la interpretación, lo cual no debe convertir la Historia en algo incomprensible y únicamente circunscrito a reducidos círculos académicos. Por el contrario, la Historia debe ser investigada, divulgada, compartida y debatida, pues tiene una función social. La Historia debe ser pública, pero sin provocar el desprestigio de los profesionales que se dedican a ella, ni el cuestionamiento de su trabajo, ni que esté permitido el abuso malicioso de la misma con fines espurios e ideológicos. Muy al contrario, hoy día más que nunca, la comunidad de historiadores e instituciones científicas de Gipuzkoa hy de toda Euskal Herria– deben y quieren estar y están al servicio de su comunidad.

(*) También firman este escrito Xabier Alberdi Lonbide (director del Euskal Itsas Museoa-Museo Marítimo Vasco), Guillermo Roa Zubia (Elhuyar Fundazioa), Ekai Txapartegi (EHU/UPV), Juan Madariaga Orbea (Universidad Pública de Navarra), Margarita Serna Vallejo (Universidad de Cantabria), Hilario Casado Alonso (Universidad de Valladolid), Asociación de Historiadores Guipuzcoanos Miguel de Aranburu Gipuzkoako Historialarien Elkartea, Albaola Itsas Kultur Faktoria, José Ramón García López (director del Museo Marítimo de Asturias),y Beñat Eguiluz Miranda (PhD University of Wales Trinity Saint David, Ireland)