a está la ama socializando". Oigo la frase al vuelo por la calle y me doy la vuelta para ver qué hace esa madre. Y, efectivamente, está charlando con otra mujer con la que se ha encontrado, mientras que el resto de la familia espera a que deje de socializar. La frase de la hija me recuerda que hay algunas palabras que se han puesto especialmente de moda y cogen el sitio de otras a demasiada velocidad. Los críos ya no juegan en las guarderías. Ahora, interactúan, que parece más profundo. Y las novedades no se aplican o se desarrollan. Ahora se tienen que implementar. Las actividades, actos, espectáculos, reuniones, partidos de fútbol, cumbres políticas o pasarelas de moda, todo, ahora son eventos. Y tengo la sensación de que vamos a tener que pedir perdón porque aún no nos hemos enterado del significado de tal o cual palabro, que irrumpe en el escenario y en una semana ya es trending topic (me costó meses saber qué era eso). En pocos días he visto tres veces escrito el concepto sugar daddy, una dulce acepción en inglés que tapa un viejísimo tipo de prostitución. Ahora, tengo que leer un manual para actualizarme en el trabajo y me dice que el staff, que resulta que soy yo, se tiene que loggear y listar noticias. Puf, qué pereza de lenguaje. l
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