n Bortziriak, y también en otros lugares, cuando se termina de construir el tejado de una casa nueva y se ve ya la estructura de la misma, se coloca una rama de laurel, una especie de bendición sin cura para proteger el edificio. Luego, todos los gremios que han participado en la obra celebran la bizkar besta que, como no podía ser de otra forma, se traduce en una comida o una cena. La bizkar besta es prima hermana del auzolan, que pervive en barrios y pueblos. En el nuestro, lo mismo se repara en auzolan un puente con siglos de historia, que se arregla el campanario. La sede de nuestra sociedad, un enorme caserón en el centro de la localidad, se construyó en auzolan. Carpinteros, fontaneros, albañiles, pintores, electricistas y demás unieron sus fuerzas para levantar una precioso local social. Ahora le han dado una vuelta de tuerca al auzolan. Josu Goia, que era al mismo tiempo músico, escultor, alcalde, comerciante, bombero y mil cosas más, falleció en noviembre de 2018 y, entre otros legados, dejó una talla de madera de 5,94 metros de largo y 2,16 metros de altura que estaba sin acabar. Un grupo de amigos se ha encargado, en auzolan, de terminar el trabajo que presentará mañana. Seguramente no hay mejor homenaje a un amigo que terminar una obra inacabada. l