a hija de Madonna es la protagonista de una campaña de publicidad de Calvin Klein en la que tiene su brazo levantado y muestra el vello de una de sus axilas. Es una fotografía que me traslada a décadas pasadas. En el disco de Patti Smith Easter (1968) también se podían contemplar los pelos del sobaco de la cantante, una hippie que no solo pasaba de afeitarse debajo del brazo sino también de llevar sujetador. Muchas mujeres lo hacían entonces. Como también las de los alegres años 20, cuando la prenda pectoral aún no era de uso común. Pero llegó un momento en el que la presión social hizo que aquellas libertades para el cuerpo fueran imposibles de mantener y se consideraba que una axila velluda era sucia y unas tetas bailarinas el colmo de la provocación. Y así llevamos muchas depilándonos toda la vida y con sostén, incluso aquellas que con su poca delantera tienen poco que sujetar. Nos reímos del corsé de las antiguas, pero la prenda pectoral también nos oprime, aunque ya no podamos vivir sin ella. Y aunque sea para vender colonias, bienvenidos sean los sobacos peludos, al menos para las que los quieran lucir. Y los hombres, que ahora también se depilan, pues lo mismo. Ya se pasará esa moda de ir peladito como un bebé y dejarán de sufrir con la cera, como nosotras.