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Mesa de Redacción

Carolina Alonso

Aquel jinete

o he visto Nomadland. Todavía. Pero he ido leyendo críticas y opiniones que dan muchas ganas de hacerlo. He visto la imagen de Chloé Zhao, esta directora de aspecto casi infantil, con brackets y trenzas, y un vestido diferente, que se alzó en la madrugada de ayer con el premio más codiciado del mundo del cine. Su imagen me desvela un misterio que hace cuatro años me intrigó durante un tiempo.

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Quería saber algo más de la directora nacida en China y americana de adopción que estaba detrás de la impresionante película The rider, una cinta que se presentó así, sin traducir, quizás porque su protagonista no es solo lo que aquí entendemos por un jinete. Había entrado en el cine, como otras veces, para dejarme sorprender. Había oído alguna buena opinión y, venga, sin darle muchas vueltas, como hacíamos antes de la pandemia, nos fuimos al Príncipe. La historia de vaqueros americanos en una zona natural, sus personajes y sus vidas me impactaron. Y más aún cuando supe que los principales actores no lo eran. Eran ciudadanos corrientes. Bueno, pueblerinos (¿se le puede quitar de una vez a esta palabra la acepción despectiva?) de un rincón natural de Dakota. Me alegro de que esta autora se lleve el mejor premio, no por Nomadland, que no he visto, sino por aquella cinta tan poco hollywoodiense.