sasun bakarra será el título genérico de esta colaboración dominical que pretende divulgar algunos aspectos de la pandemia del COVID-19, invitando a la reflexión crítica, dejando loas y alabanzas para los palmeros y paniaguados institucionales.

El concepto "Una sola salud" o dicho en el idioma vehicular del Imperio, One health, es una noción conocida desde hace más de un siglo que explica que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los que coexisten. El concepto está fundamentado en que más del 60% de las enfermedades humanas infecciosas son de origen animal -zoonosis-, al igual que ocurre con el 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes de los humanos, incluidos el ébola, VIH, diferentes gripes y Sarss-Cov-2, o con que tienen la misma procedencia tres de las cinco nuevas enfermedades infecciosas humanas, que aparecen cada año y que el 80% de los agentes patógenos que pueden ser utilizados con fines de bioterrorismo, son de origen animal. A pesar de ello, los veterinarios somos considerados sanitarios de segunda categoría y, salvo algunas excepciones, no figuramos en los distintos comités de expertos sobre la pandemia que ahora padecemos. Toda su gestión la patrimonializan políticos y médicos. Ah, y los hosteleros. Es lo que hay. Cada cual que saque sus propias conclusiones.

Es el regalo revelación en estas entrañables fiestas navideñas. Usted y sus cinco familiares o allegados pueden saber sus relaciones con el SARS-Cov-2 en su propio domicilio, durante el aperitivo previo a la cena familiar o, lo que es mucho mejor, en la terraza de su bar favorito, tomándose una cervecita con unas rabas. Ya tienen tema de conversación para estos ágapes, sin recurrir a los habituales que todos sabemos cómo acaban.

Es curioso, mientras que, según datos de la Universidad John Hopkins, España es el cuarto país del mundo con más muertes por el COVID-19 y Euskadi la quinta comunidad del Estado, con mayúscula, en el macabro hit parade; Francia, en el puesto catorce, y Alemania, que no aparece entre los veinte primeros, endurecen sus medidas, aquí las aflojamos. ¿Qué conocen Macron y Merkel que no sepan Sánchez o Urkullu? ¿Qué sabrán Sanchez y Urkullu que aquellos ignoran? Dentro de quince días amanecerá para algunos y sabremos la respuesta.

Nos ponemos en situación. Los "malos", en nuestro caso el virus Sars-COV-2, técnicamente el "antígeno", invade nuestro organismo a través del aire. En cuanto lo detecta nuestro sistema inmunológico, aparecerá la fiebre, primer mecanismo de autodefensa. Además, para reducirlo o eliminarlo, activará a los "blindados" -glóbulos blancos- cargados de "anticuerpos" o inmunoglobulinas "Ig". Son las unidades de combate de las que, a efectos didácticos nos quedamos con dos: IgG e IgM. Con estos conocimientos rudimentarios de nuestro sistema defensivo, vamos con los diferentes test rápidos existentes.

Siempre, con independencia del tipo de prueba, cualquier sospecha de positividad supone la comunicación inmediata al médico de cabecera y el aislamiento total. Nuevamente, llamada a la responsabilidad de la población.

El primero es Prima Home Test, a la venta en las farmacias bajo prescripción médica, me imagino que para tener un seguimiento -trazabilidad- y, de paso, recargar más todavía la atención primaria. Sólo precisa de una nuestra sangre y en 15-20 minutos tiene los resultados. Detecta la presencia de anticuerpos IgG, indicativos de que la infección ya se superó, e IgM ,que indican una infección reciente pero no necesariamente activa. Si la persona tuviera síntomas, debería repetir el test a los 3-5 días. Con independencia de lo que figure en el prospecto, es preferible que los resultados los interprete un profesional sanitario. Precio, 25,50 euros. Alta fiabilidad.

La segunda prueba rápida es Lucira, aprobada por la FDA americana, de momento solo disponible en California y Florida, pero en primavera pretenden estar en todo el mundo. El bastoncillo (hisopo), previamente introducido en las fosas nasales, se mete en el vial de la prueba, ésta se agita y, gracias a una batería, una luz roja o verde indicará si la prueba es negativa o positiva en menos de 30 minutos. Efectividad tan alta como el precio, 50 dólares, lógico con tantas lucecitas. Poco competitivo.

La tercera prueba rápida de antígenos, New Gene, al módico precio de 4,95 euros más IVA por unidad, aunque se vende en cajas de 25 unidades, es ideal para regalar a la familia antes de celebraciones masivas ilegales, fiestas navideñas clandestinas de empresas, con los amigos, incluso en botellones en un parque. Utiliza saliva y los resultados aparecen a los 15 minutos. Antes de que aparezca la Ertzaintza. Por su clasificación como Test In Vitro Categoría 1 se restringe su venta a profesionales sanitarios, hospitales, residencias y centros públicos y privados con atención médica. Sin embargo, el distribuidor asegura que, por su alta fiabilidad y simplicidad, podría utilizarse como autoprueba masiva y confía en que cambie la legislación y se permita su venta, si no en los chinos, por lo menos en las farmacias.

Para finalizar, citaré de pasada una investigación galaico-portuguesa bastante avanzada en la que detectarían el virus en el análisis de nanofluídos, como si de un alcoholímetro se tratara.

Hoy, domingo, incursión en las cocinas francesa, con una innovadora mousse de hongos de Zubia de Eskoriatza y japonesa, con unos gambones en panko del bar Nevada. Todo regado con un txakoli Urruzola de Alkiza. Espectacular. Ah, y una punta de txistorra, que mañana es Santo Tomás y hay que darle fuerte al producto local.