Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, anunció ayer que pedirá al Gobierno Rajoy que “desautorice y repruebe” al coronel jefe de la UCO de la Guardia Civil, Manuel Sánchez Corbí, por sus declaraciones a La Vanguardia en el que cita como “malos” en la lucha contra ETA a “etarras, batasunos, peneuvistas y la Iglesia vasca”. En sus tuits, Esteban considera “inaceptables” esas afirmaciones y ha anunciado que emprenderá “iniciativas políticas para que Sánchez Corbí sea públicamente desautorizado y reprobado por el Gobierno Español. De no ser así, elevaremos al Ejecutivo nuestra exigencia de responsabilidades”. Seguramente, Aitor Esteban sabe que no son las primeras declaraciones que Sánchez Corbí hace referidas al PNV. En la entrevista publicada por Fernando Lázaro en El Mundo (26/12/2017), afirma que seguramente el Gobierno Vasco o el PNV querrán cobrar por la disolución de ETA. Dice también que los jeltzales deberían avergonzarse por haber promocionado a Urrutikoetxea Bengoetxea como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco. En la presentación de su libro Sangre, sudor y paz (Editorial Península) repitió que el PNV no quería la derrota de ETA, “por eso sus esfuerzos de ahora van dirigidos a decir que aquí se ha producido un empate”. Y aseguró que los jeltzales ha ido muchas veces de la mano de ETA. “Después del asesinato de M. A. Blanco el PNV firmó Lizarra y se puso de su bando”. Hay más citas pero, si Esteban cree que habrá desautorización gubernamental, lo tiene crudo. Tal vez vuelvan a ascenderle. En 1997 tras la sentencia a 4 años de cárcel y 6 de inhabilitación por torturas a Kepa Urra, el Supremo redujo la condena a 1 año, para evitarle entrar en prisión, manteniendo los 6 de inhabilitación que suponían la expulsión del cuerpo. Acudió a la Moncloa, donde le recibió Aznar que le indultó al día siguiente. Entre tanto pasó de teniente a coronel jefe de la UCO. Y fue premiado con una cruz de plata y cuatro medallas, remuneradas.
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