Independencia puede ser motivo de orgullo o traición. Portugal, Venezuela, Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia, México y Cuba celebran su independencia de la madre patria, que de haberse realizado de forma pacífica hubiese evitado muchas muertes. Pero cuando al poderoso le asiste la ley, su ley, todo lo que se aparte de sus intereses es traición.
Que parte de la cuidadanía catalana se sienta con personalidad propia diferenciada de la española, y con deseos de independencia, irrita a los políticos españoles que no quieren recordar que España es la unión interesada de Aragón y Castilla, a la que por fuerza de las armas e intereses de los poderosos, se fueron aunando el reino de Granada y Navarra.
Tambien Cataluña, en manos de los Habsburgo, tuvo su protagonismo en Utrech, de ahí que quienes abogan por la nacionalidad de Cataluña vuelven sus pasos a 1713. Los políticos españoles más unionistas (nacionalistas españoles) intentan convencer a la ciudadanía por activa y pasiva de lo absurdo del Catalexit y ni tan siquiera, admiten la mera consulta de intenciones, no sea que...
Autoconvencidos de que el proyecto de Isabel y Fernando es inamovible, cual dogma de fe, arremeten contra todo lo que se mueve en contra, incluso amenazan con artículos de la constitución, porque esta les legitima, como legítimas son las atrocidades legales de estos años, que recuerdan solo los que quieren.