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Gipuzkoatik Gernikara

El pasado sábado 17 de junio se cerró otro capítulo sobre la verdad, la justicia y reparación para muchos familiares de los gudaris enterrados en 1937 en el denominado “Cementerio de los guipuzcoanos” en Gernika y cerca del árbol de la tradición y de las libertades. Un gran día y una enorme satisfacción ver a las familias de aquellos 82 gudaris que dieron sus vidas por una causa, jóvenes todos ellos, en defensa de la libertad, lealtad y defensa de un Gobierno legítimamente constituído, gudaris que con su arrojo y decisión tomaron las armas por los que inspiraban para la defensa de nuestro pueblo.

Euskadi ha hecho mucho más que sufrir, porque las penas pasadas y las que en el presente aquejan a sus hombres y mujeres tienen una razón, una motivación basada en aquellos ideales, el primero de los cuales es la defensa de las libertades.

No somos los únicos en el mundo que hemos pasado por situaciones semejantes, ni los que cerremos estos capítulos de desdichas humanas. Al levantar nuestras voces de libertad y justicia en defensa de una agresión que no podía tener justificación moral, continuamos con la historia de nuestro pueblo, poco propicio a soportar el yugo que impone la violencia.

No sería justo no hacer una mención al lehendakari Agirre y a su Gobierno. El gran trabajo realizado, en aquellas circunstancias, la constitución de una carta fundamental, limitativa de derechos, impulsor de deberes, por todas las organizaciones vascas. Desde aquí, un recuerdo emocionado a aquel Gobierno y todas las formaciones políticas que acompañaron al lehendakari Agirre en aquel día memorable que fue el 7 de octubre de 1936, y se presentó en Gernika, en el mismo lugar donde reposan para siempre nuestros gudaris, bajo el árbol de la tradición y las libertades, un grupo de hombres elegidos para gobernar su pueblo que había visto proclamar su autonomía unos días antes. El lehendakari Agirre renovó la tradición secular pronunciando el juramento. Y ese juramento sigue en pie.

No voy a recordar cuáles fueron los puntos fundamentales del programa a que se sometió la actuación y la declaración ministerial al constituirse el Gobierno Vasco provisional nacido de la voluntad popular, pero sí decir que noticias angustiosas llegaban de los frentes. Las columnas rebeldes avanzaban en cuatro direcciones sobre Bilbao, bombardeando brutalmente las posiciones civiles, mientras nuestros gudaris y milicianos retrocedían sin armamento y munición.

Improvisada la defensa, se organizó un sistema de organización por compañías, y se procedió a articular las fuerzas guipuzcoanas y vizcainas por medio de una Jefatura de Operaciones.

Mientras tanto, se oían desde Gernika los cañonazos de los montes de Elgeta (Intxorta), Akondia (conocido como Kalamua) en Eibar, Arlaban, Markina, Elorrio (Kanpazar), Otxandio, Urkiola... Constituían la línea defensiva ante los avances del enemigo, cuya finalidad era apoderarse de Bilbao.

Luchaba el pueblo indefenso contra el ejército sublevado, y a pesar de todo pasaron dos meses antes de que las tropas rebeldes llegaran hasta los límites de Bizkaia. Gran heroísmo de estos gudaris nuestros, gudaris que se establecieron en los alrededores de Gernika y que fallecieron en las diferentes contiendas en diferentes frentes de Bizkaia y Asturias, y que fueron enterrados en Gernika, en el denominado “Cementerio de los guipuzcoanos”, en unos nichos con identificación que adquirió el PNV.

Agradecer a todas aquellas instituciones que han hecho posible que el acto del pasado sábado fuera una realidad, en especial a la Diputación Foral de Gipuzkoa y a la directora de Convivencia y Derechos Humanos, Maribel Vaquero, así como a la Asociación Gernikazarra de Gernika. Es esta una realidad porque cumplimos con un deber histórico, un sentido homenaje y reconocimiento, 80 años después, a todos estos gudaris que dieron sus vidas por la defensa de las libertades y por Euskadi.

Otra memorable aportación a la memoria histórica.

Bihotz bihotzez, eskerrik asko denori.