Covite ha protagonizado recientemente dos más de los desbarros a que nos tiene acostumbrados. En primer lugar, se negó a participar en el homenaje que numerosos sectores de la sociedad vasca dedicaron a las víctimas del terror. Y, acto seguido, se enfrascó en colocar placas por nuestras ciudades, sin ningún tipo de permiso. Se diría que esta nueva demostración de prepotencia, egocentrismo e hipocresía es la oportunidad ideal para que Rafael Hernando, portavoz del grupo parlamentario del PP, les recuerde aquello de que “es mejor pensar en los vivos, y dejar descansar en paz a los muertos”. Lo de olvidar el pasado y mirar al futuro, ¿solo vale para los crímenes de la derechona, el Ejército, la Policía y la Guardia Civil?

Además de desarme, se exige a ETA colaboración en el esclarecimiento de los crímenes no resueltos. ¿Se reclama eso mismo al franquismo? ¿Es sensato que los herederos de quienes se libraron de pagar por sus fechorías, los nostálgicos de la dictadura, lideren ahora la construcción de la paz con vencedores y vencidos? ¿Están acaso los valedores de la España corrupta, ladrona y Justicia de charanga y pandereta, legitimados para dirigir nuestro diseño de una moral de convivencia basada en la memoria y el respeto?

Así pues, hay que aclararse: o nos olvidamos de todos los muertos, o no nos olvidamos de ninguno. Yo, particularmente, preferiría no olvidarme de ninguno. Tampoco me gustaría olvidarme de ninguno de sus verdugos. Precisamente, creo que para afrontar el futuro con garantías en un país moderno, plural y democrático, es ineludible enfrentarse a todas las caras del pasado. Equidistante con el dolor, el sufrimiento y el olvido. Equidistante con la verdad, la justicia y la reparación. Porque la pena por la persona perdida no entiende de clasificaciones. Porque la violencia de ETA no fue un hecho aislado nacido de la nada. Porque los que se fueron de rositas por el terrorismo franquista no pueden imponernos su relato parcial y tendencioso. Porque estamos hartos de caraduras y nos encantaría que nos dejaran en paz.