Esta vez ha sido una mujer la que ha piropeado a un hombre. Ha ocurrido en Berlín, con motivo del homenaje que los líderes europeos han dispensado a Barack Obama antes de su despedida de la Casa Blanca. Durante toda la velada, Angela Merkel estuvo haciendo ojitos a Mariano Rajoy, con gestos, deferencias y buenas palabras. Se había empeñado personalmente en que Rajoy acudiera al acto. Allí la canciller alemana le recibió con los brazos abiertos, expresando la “gran satisfacción porque España esté en una senda muy positiva” en su desarrollo económico. Pero la cosa no quedó ahí, Merkel invitó al presidente español a un almuerzo a solas y soltó una frase enigmática que debe significar algo: “Mariano, en Alemania diríamos que tienes la piel de elefante”. Imagino que la canciller quiso expresar su admiración a Rajoy como un tipo fuerte, sólido, inasequible al desaliento, y que posiblemente posee una gran trompa, capaz de salpicar a todo pichichi, si se empeña. Pero, me he quedado con una duda. ¿Y si en realidad quería decir que es tan torpe como un elefante pies planos dentro de una cacharrería? He releído las revistas especializadas y me he encontrado con que “piel de elefante o Acantosis Nigricans es un signo patológico”. Mal empezamos, me he dicho. “La Acantosis Nigricans (AN), también conocida como Acantosis Pigmentarias, es una lesión dermatológica que se caracteriza por la presencia de zonas cuarteadas y ennegrecidas en la piel”. Pero, para los mal pensados, no se debe a suciedad o falta de higiene, sino a que las células del cuerpo no pueden absorber toda la insulina que segrega el páncreas, desparramándose por la piel. “Estas placas -dicen los expertos-, aparecen sobre todo en las axilas, el antebrazo, la entrepierna, laterales del cuello, zona umbilical, y puede generalizarse. Afecta a personas con sobrepeso o hipertensión. Y hay un remedio casero, para eliminar esa sensación de suciedad: aplicar durante quince minutos en la piel una cucharadita de bicarbonato, dos gotas de limón y un chorro de agua oxigenada.