Disparos poéticos
Afinales de mes, la casa de subastas Christie’s licitará en París el revólver con el que el poeta Paul Verlaine disparó dos veces a su joven amante y también poeta, Jean Arthur Rimbaud, hiriéndole en la mano, en 1873. El arma pasó a un coleccionista privado, cuyos descendientes la han puesto ahora a la venta por un precio inicial de 60.000 euros. La historia me resulta fascinante y me ha parecido tentador dejar en esta ocasión la aburrida política, para sumergirme en la crónica vital de dos poetas malditos, de la segunda mitad del siglo XIX, que tuvieron la rara habilidad de convertir sus vida en una pesadilla caótica. Para los historiadores de la literatura Verlaine y Rimbaud fueron dos figuras magníficas de la poesía simbolista francesa. Su relación se inició en el verano de 1871 cuando Verlaine recibió una carta con el poema “El barco ebrio” de cien versos, escrito por una adolescente de 17 años, Jean Arthur Rimbaut. Quedó tan impresionado, que le invitó a visitarle a París, y poco después se hicieron amantes. Verlaine, poeta consagrado, había dicho: “la independencia siempre fue mi deseo, la dependencia siempre fue mi destino”. Estaba casado con Mathilde Mauté de Fleurville, con la que tuvo un hijo, Georges. Autor de ‘Poemas saturnianos’ (1866), ‘Fiestas galantes’ (1869) y ‘La Buena canción’ (1870). A partir de 1871 cambió radicalmente iniciando una vida errática con obras como ‘Sabiduría’ (1880), ‘Antaño y hogaño’ (1884), y ‘Primavera’ (1886). Su idilio con Rimbaud fue público y atormentado, rompiendo en diversas ocasiones. Próximo a la locura, quiso matar a su madre,y a su mujer, a la que además intentó quemarle el pelo y cortarle las manos. También pretendió asesinar a su hijo, al que siendo bebé, estrelló contra la pared salvándose por estar forrado de ropa. El perfil de Rimbaud fue igual de escandaloso. Escribió ‘Cartas del vidente’ (1871), ‘Una temporada en el infierno’ (1873), ‘Soneto de las vocales’, y ‘Ofelia’. Era un blasfemo confeso, y gustaba contar truculentos episodios sexuales. Murieron ambos con cinco años de diferencia.