Una caja de sorpresas

Me refiero a la caja de sorpresas en que se ha convertido en los últimos días el PP del País Vasco. Siempre les he mirado con cierta prevención, pero esta semana me ha picado la curiosidad. He rasgado el precinto, he retirado el plástico de polietileno con burbujas que envuelve el contenido y me he encontrado con un fondo variado y sorpresivo. En primer lugar, aparece Arantza Quiroga que le hace ojitos a EH Bildu y que, desconcertando a todos, incluido Rajoy, pone en valor y da importancia en el Pleno de Control del viernes las últimas declaraciones de Hasier Arraiz y además propone una ponencia de “Libertad y Convivencia”. Sus palabras han sonado muy sensatas, aunque en Madrid se hayan silenciado. Solo hace falta que ahora sean consecuentes con el acercamiento de presos, el derecho a decidir y las negociaciones de la paz. En caso contrario, habrían sido solo palabras.

En la caja de sorpresas me encuentro también a Borja Sémper, il bello del PP del País Vasco. Siempre es noticia, pero en esta ocasión de manera especial, porque según publican los diarios digitales se ha atrevido a decirle a Aznar que “calladito está más guapo”. Pero el bombazo, la verdadera sorpresa es Rodrigo Sanz, exconcejal del PP de Alegria-Dulantzi que se marchó en junio a Siria para combatir al Estado Islámico. Al parecer, se enroló con los Lions of Rojava para apoyar en Kobane a las Unidades de Protección Popular del Gobierno kurdo (YPG), formadas por voluntarios internacionales. Se fijó una estancia de siete meses, pero ahora ha solicitado regresar a Euskadi para estar junto a su familia debido al estado de salud de su esposa, según Gasteizhoy.com. La vuelta puede ser inminente, tras contactar con la embajada española en Turquía. El problema puede empezar ahora cuando llegue a Madrid, donde las autoridades paradójicamente del PP podrían detenerle y acusarle de terrorismo, como ya hicieron con otros dos voluntarios por uso de armas y explosivos.