Ayer me enteré que a unos accidentes laborales les llaman blancos y a otros no. Los primeros no figuran en las estadísticas, los segundos sí. Los responsables del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales reclaman que notifiquen también esas incidencias para poder elaborar unos datos que respondan con mayor fidelidad al mapa de siniestros que se ocurren en la CAV en el lugar del trabajo. Accidente blanco es cuando, por ejemplo, el brazo de una pluma cae al suelo y solo se produce un agujero en el suelo, sin alcanzar a nadie, sin víctimas de ningún tipo. Estos percances no aparecen en las estadísticas, y quedan desconocidos para el lector. Además de los accidentes blancos, están los accidentes laborales traumáticos y no traumáticos, que siguen creciendo a pesar de que el número de desempleados en la CAV es todavía notable, alcanzando las 161.507 personas, de las cuales 44.425 están en Gipuzkoa. Según los últimos datos elaborados por Osalan, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, en los primeros cuatro meses de 2015 se produjeron en la CAV 9.669 accidentes laborales, de ellos nueve fueron mortales y 56 graves. En Gipuzkoa, entre enero y abril ocurrieron 2.882 accidentes laborales, con dos sucesos mortales y 20 graves. Donde más incidentes se produjeron, incluyendo los dos mortales, fue en el sector de servicios con 1.604, seguido por la Industria con 994 accidentes, dos de ellos graves, y la construcción con 226 accidentes, tres de ellos graves.

En 2014 el número de accidentes laborales en Euskadi fue de 28.095, de ellos 30 fueron mortales y 156 graves. Finalmente, en Gipuzkoa durante el año pasado se registraron 8.777 accidentes laborales, con once mortales y 69 de carácter grave. Son datos escalofriantes. En resumen, el trabajo provoca en nuestro territorio anualmente cerca de 9.000 accidentes laborales, de los cuales una decena son mortales. Siniestros que originan una sangría de la que se habla poco.