EN una sociedad tan egoísta y ambiciosa, valores como la solidaridad y el altruismo pasan prácticamente inadvertidos. Pocos nos paramos a pensar en los problemas de los de nuestro alrededor cuando bastante tenemos con preocuparnos de los nuestros. Pero apenas hace falta esfuerzo ni mucho tiempo para detenerse y contemplar situaciones a las que se puede aportar demasiado sin realizar un gran sacrificio. El caso de Jon Larrañaga, conocido en su ámbito como Jon Pedalea, es un claro ejemplo. Este eibarrés de 51 años, tras ser trasplantado hace dos años de sus dos pulmones, se ha lanzado a realizar auténticas proezas en bicicleta con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía en la donación de órganos. A Jon le salvaron la vida y ahora él la pone a disposición de los demás. Este deportista guipuzcoano, que hizo frente a una enfermedad pulmonar que le tenía postrado en una silla de ruedas desde los 30 años, ha convertido su vida en un torrente de ilusión, energía y afán de superación. El pasado sábado participó en la clásica cicloturista Mallorca 312, prueba en la que se recorre el perímetro de la isla tras pedalear 312 kilómetros y en la que participan conocidos exciclistas. Antes, el pasado mes de septiembre, completó otra hazaña encima de la bici: partir del Hospital La Fe de Valencia, donde fue intervenido del doble trasplante, para llegar a la Catedral de Murcia tras 240 kilómetros de trayecto. ¿El próximo reto? Seguir con su proyecto de concienciación montado en su bicicleta. Cada pedalada es un soplo de vida. ¡Ánimo Jon!