Cuán práctico resulta este objeto, cada vez más utilizado para un sin fin de cosas, cuando realmente fue concebida para transportar víveres a la montaña. Hoy nuestros estudiantes, ante los numerosos libros que han de adquirir, se ven obligados a utilizarla si bien ahora empiezan a ponerles dos ruedas. Una de las mochilas más comentadas fue la que perdió hace unos años Pocholo, que la popularizaron varias cadenas de televisión.
Pero a la que voy a referirme en sentido figurado, es a la mochila que utilizamos a lo largo de la vida, que según vamos para mayores cada vez se va haciendo más grande y pesada y sólo los solteros y solteras se librarán de ella. Desde que damos el sí hasta que la muerte nos separe, y que hoy se ha cambiado por el que hasta que me dé la gana, la mochila irá adquiriendo peso, agravado con esa cuesta arriba que puede resultar el matrimonio. Luego llegarán los hijos, que antes se decía que cada uno venía con un pan debajo del brazo y que hoy vemos que lo más que traen es pan rayado.
Ante los peligros que cada vez más acechan a nuestros menores, los padres que tengan la desgracia de llegar a tener hijos drogadictos, su "mochila" adquirirá un peso y volumen preocupante. Mochila también para comentar, la que generan hijos separados, que volverán al hogar paterno pidiendo ayuda. Los que adquieren una vivienda, debido a los precios desorbitados de hoy, también adquirirán una mochila de por vida, que muchas veces es compartida por padres, hermanos y demás parientes, que rogarán por el eterno descanso que supondrá la cancelación de la hipoteca.
Ante la preocupación de tener que hacerse algún día con la pesada mochila, no es de extrañar que cada vez sea más frecuente que los jóvenes se resistan a abandonar la casa de los padres, pues según estadísticas que leíamos en la prensa, cada vez con más frecuencia, son los padres los que abandonan su casa, dejándoles en el hall la mochila.
Nuestro derecho a participar sigue sin ser reconocido y la realidad de un poder que cree saberlo todo sigue legislando, gobernando y sobre todo tomando decisiones que nos afectan directamente, sin tenernos en cuenta para nada, despreciando nuestra experiencia. No vamos a insistir sobre conceptos ya expuestos reiteradamente, pero sí vamos a recordar que uno de los valores más importantes de una sociedad es la experiencia de sus ciudadanos. Y la experiencia es especialmente patrimonio de las personas mayores. La experiencia no se puede comprar, ni es una carrera que se pueda estudiar.
La experiencia sólo se adquiere viviendo con los ojos abiertos y los pies pisando suelo, es demasiado valiosa para desperdiciarla. Esto lo tuvieron muy claro la cultura griega y otras muchas civilizaciones.
Decimos también que es injusto, inmoral y desleal que los mayores siendo los más afectados, estemos absolutamente excluidos del Pacto de Toledo, el punto de encuentro en el que se cocina todo lo referente a las pensiones. De él como ya lo denunciábamos el año pasado, sólo forman parte el gobierno del Estado, los partidos políticos y los sindicatos. No nos vamos a conformar solamente con que se nos consulte, ya que ni eso hacen. Exigimos participación plena en los procesos de elaboración de todas las disposiciones que puedan afectar de una u otra forma al colectivo de los mayores. En estos momentos el Pacto de Toledo se está tambaleando a causa de las últimas disposiciones sobre pensiones tomadas unilateralmente por el gobierno. Su supervivencia pasa por unos cambios que deben ser de apertura y por ello, exigimos por derecho entrar, para participar con voz y voto, no dejando de reclamar nuestra plena participación de toda la vida social, política y económica de nuestra ciudad, territorio histórico o Estado. Y como a buen entendedor pocas palabras bastan, les volvemos a recordar que los mayores somos muchos, el 20%, uno de cada cinco de los habitantes de este Estado. Sobre todo y a los efectos políticos que preocupan a los gobernantes, somos el 25%, uno de cada cuatro de los votantes de este Estado. Votantes que tienen familias que sufren con ellos de esta injusticia y que también votan.
José M. Odriozola Azurmendi
Presidente de la Federación Territorial de Asociaciones Provinciales
de Pensionistas y Jubilados de Alava, Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra