El canciller alemán, Olaf Scholz, perdió este lunes la moción de confianza a la que se sometió ante el Parlamento alemán tras quedar su Gobierno en minoría, con lo que el país centroeuropeo celebrará elecciones generales anticipadas, que están previstas para el próximo 23 de febrero.

Un total de 394 diputados de 717 que entregaron su voto le negaron la confianza, 116 se abstuvieron y 207 votaron a favor de su continuidad, anunció la presidenta de la Cámara Baja, Bärbel Bas. Scholz ya había adelantado en noviembre pasado su intención de perder el voto de este lunes cuando se rompió la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que presidía y estos últimos fueron expulsados, dejando un Gobierno en minoría.

El discurso de Scholz

En su discurso previo a la votación, el canciller planteó los comicios anticipados como un referendo sobre la política económica del Gobierno en un momento en el que se ahonda la recesión en Alemania y aumenta la incertidumbre a nivel global.

Así, abogó por permitir un mayor endeudamiento estatal con el que financiar inversiones masivas en infraestructuras y en seguridad, para relanzar la economía y al mismo tiempo garantizar la protección del país ante la amenaza procedente de la invasión rusa de Ucrania. "Hay que activar la palanca, y hay que hacerlo ahora", afirmó, tras señalar que los ciudadanos deben decidir si se invierte en la economía "con fuerza y determinación o de forma mezquina y vacilante".

En su réplica, Merz acusó al canciller de no haber cumplido sus promesas sobre la modernización del Ejército a raíz de la guerra en Ucrania y de haber sumido al país en una crisis económica, cuya solución no puede pasar por hipotecar el futuro de las próximas generaciones con más deuda, según dijo. Tras perder el voto, Scholz se dirigía al Palacio de Bellevue para entrevistarse con el presidente de la República Federal Alemana, Frank-Walter Steinmeier, para pedirle que disuelva el Parlamento.

La Constitución otorga al presidente de la República Federal Alemana, Frank-Walter Steinmeier, cierto margen en el proceso, pero se prevé que se adapte al pacto entre el Gobierno y la oposición conservadora para que los comicios se celebren el próximo 23 de febrero.

Un Gobierno en minoría desde noviembre

El pasado 6 de noviembre colapsó el Gobierno de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales después de tres años de disputas que culminaron en la expulsión de estos últimos, los cuales, con su postura de austeridad fiscal, bloqueaban la posibilidad de realizar inversiones para reactivar la maltrecha economía y a la par seguir financiando la ayuda a Ucrania.

Contra las cuerdas y sin la mayoría necesaria para aprobar los presupuestos u otros proyectos, Scholz anunció que se sometería a un voto de confianza que esperaba perder para después convocar elecciones.

Es la sexta vez que se convoca un voto de confianza en la Alemania postbélica y Scholz es el quinto canciller en hacerlo, sumándose a los socialdemócratas Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schröder y al conservador Helmut Kohl.

60 días tras ser disuelto el Parlamento

Tras perder el voto, Scholz ha dicho que acudirá al presidente Steinmeier para pedirle que disuelva el Parlamento y éste ha indicado que se tomará un tiempo para reflexionar y para reunirse con los representantes de los partidos democráticos.

Dispone de 21 días para disolver el Parlamento. En teoría, podría encomendar a otros partidos la formación de un nuevo Gobierno, pero no existen otras potenciales coaliciones en el Bundestag y todos parten de que Steinmeier, afín al partido socialdemócrata, se ajustará al calendario pactado por los grandes partidos.

La Constitución prevé un plazo de 60 días desde el momento en que se disuelve el Parlamento hasta que se celebran los comicios anticipados, pero -salvo imprevistos- el 23 de febrero es la fecha con la que los partidos trabajan.

Preparativos a contrarreloj

Cuando se rompió el Gobierno el 6 de noviembre pasado, algunos de los principales partidos no disponían siquiera de candidatos para las elecciones y están ahora trabajando contrarreloj para cerrar sus programas electorales, cuyos borradores presentarán esta semana antes del receso navideño.

Las fiestas que caen de por medio y la compleja burocracia en torno a las elecciones han despertado temores a que la cita con las urnas no pueda organizarse correctamente con tal celeridad y se produzcan fallos y caos, como en las elecciones regionales berlinesas de 2021.

Tras desembarazarse de su popular rival, el ministro de Defensa Boris Pistorius, Scholz será nominado oficialmente como candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) en un congreso el 11 de enero.

El 11 de febrero se celebrará el tradicional debate general previo a las elecciones en el Bundestag, donde intervendrán todos los candidatos a la Cancillería, y la última semana de plenos concluirá el 21 de febrero.

El próximo canciller será conservador

Los sondeos pronostican la victoria del candidato conservador Friedrich Merz, cuya unión formada por los democristianos y su partido hermano bávaro va en cabeza con entre el 29 % y el 34 % de los votos, seguido de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) con un 17-21 %, con la que el resto de formaciones no cooperan.

El SPD de Scholz se halla actualmente en tercer lugar (15-18 %), seguidos de los Verdes (11-14 %).

Por ello, los dos escenarios que se barajan son los de una "gran coalición" entre democristianos y socialdemócratas o de una alianza entre democristianos y Verdes.