El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió ayer a los rebeldes hutíes de Yemen de que pagarán “un alto precio” por “cualquier intento” de hacer daño a Israel tras el ataque registrado horas antes en el centro del país, cerca de Tel Aviv. “(Los hutíes) Deberían saber, llegados a este punto, que tomamos duras represalias contra quienes intentan hacernos daño. Los que necesiten un recordatorio están invitados a visitar el puerto de Hodeida”, avisó antes de una reunión de su Gobierno.

El Ejército israelí confirmó que un misil tierra-tierra fue lanzado a primera hora de la mañana contra territorio israelí, y que probablemente se desintegró en pleno vuelo, sin causar víctimas.

Los hutíes, de la rama islámica chií y aliados de Irán, reivindicaron el lanzamiento de un nuevo “misil balístico hipersónico” que, según el grupo, alcanzó con éxito un objetivo militar en las cercanías de Tel Aviv.

Las fuerzas israelíes confirmaron que lanzaron varios interceptores para frustrar el vuelo del misil. Según los hutíes, las defensas antiaéreas israelíes no lograron detener el proyectil. Al menos nueve personas fueron tratadas por los servicios de emergencia israelíes tras sufrir heridas por fragmentos de metralla.

Puerto de Hodeida

El pasado 20 de julio, Israel lanzó un ataque contra el puerto yemení de Hodeida, al día siguiente de que un dron lanzado por los rebeldes hutíes explotara cerca de la embajada de Estados Unidos en Tel Aviv y causara la muerte de un civil israelí. El bombardeo israelí causó al menos cinco muertos e hirió a unas 90 personas, según el Ministerio de Salud, controlado por los rebeldes.

Desde el comienzo de la guerra en la Franja de Gaza, los hutíes han lanzado drones y misiles balísticos contra Israel, la mayoría interceptados antes de alcanzar su objetivo, y han atacado buques mercantes de distintos países que transitaban por el mar Rojo, el golfo de Adén y el estrecho de Bab al Mandeb, asegurando que los navíos o bien pertenecían a Israel o se dirigían a puerto israelí.

La tensión en la zona ha hecho que las principales navieras a nivel mundial ajusten sus rutas para evitar cruzar por el mar Rojo.

Por su parte, Hamás elogió el lanzamiento del misil por los hutíes y recordó que el país hebreo “no disfrutará de seguridad” a menos que ponga fin a la guerra en Gaza. “(Vemos el ataque) como una respuesta natural a la agresión contra nuestro pueblo palestino, el hermano Yemen y la región árabe, y afirmamos que el enemigo sionista no disfrutará de seguridad a menos que detenga su brutal agresión contra nuestro pueblo en la Franja de Gaza”, advirtió Hamás en un comunicado.

Viaje a EEUU

Por otro lado, Netanyahu viajará a finales de septiembre a Nueva York para participar en la apertura del 79 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, donde pronunciará un discurso, confirmó ayer un portavoz de su Oficina.

El mandatario israelí partirá el día 24 y se dirigirá a la Asamblea el 27 de septiembre, para regresar a Israel dos días más tarde. El portavoz no dio más detalles sobre la agenda del primer ministro durante su viaje a Estados Unidos.

Netanyahu tendrá que enfrentarse al escrutinio de la gran mayoría de los países de la ONU, que en varias ocasiones han votado en la Asamblea General (donde cada Estado miembro tiene un voto) a favor de exigir un alto el fuego en la Franja de Gaza.

En corto

  • Octavillas en Líbano. El Ejército israelí ha abierto una investigación sobre el lanzamiento de octavillas en zonas del sur de Líbano instando a la población civil a abandonar el lugar y que habrían sido lanzadas sin la autorización de la cúpula militar. El comandante de la 769ª Brigada Regional Hiram, el coronel Avi Marciano, sería el responsable de este lanzamiento de octavillas, según informó el diario israelí The Times of Israel.
  • Dos muertos en Nuseirat. El portavoz de la Defensa Civil gazatí, Mahmud Basal, dijo que al menos tres personas murieron ayer en un ataque israelí contra una residencia familiar en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja. Según Al Jazeera, el ataque se cobró la vida de dos hijos de un trabajador de la Defensa Civil, que ya perdió a su mujer y sus otros hijos en un bombardeo anterior.