China desplegó ayer intensas maniobras militares en torno a Taiwán para presionar al territorio autogobernado apenas tres días después de la toma de posesión del nuevo presidente de la isla, William Lai (Lai Ching-te). Los ejercicios, que está previsto que continúen hoy viernes, incluyeron la participación de al menos 42 aviones y 31 barcos chinos en los alrededores de la isla y sus archipiélagos periféricos, informó el ministerio taiwanés de Defensa.

Frontera

De esos 42 aviones, 28 de cruzaron la línea divisoria del Estrecho de Taiwán, una frontera no oficial que había sido respetada por Pekín y Taipéi durante décadas, o penetraron en la autoproclamada Zona de Identificación Aérea (ADIZ) taiwanesa, la cifra más elevada en lo que va de año. El ministerio también detectó 15 buques de la Armada y 16 barcos de la Guardia Costera china navegando por las inmediaciones de Taiwán y de las islas Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyn, archipiélagos bajo control taiwanés y ubicados a escasos kilómetros de China, que considera a la isla como una “provincia rebelde”.

Mientras, el Comando del Teatro Oriental de Operaciones del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino defendió que las maniobras, bautizadas como Joint Sword son un “fuerte castigo” a los “actos separatistas” de quienes buscan “la independencia de Taiwán”.

Advertencia de Pekín

Desde Pekín, su portavoz de Exteriores Wang Wenbin argumentó que los ejercicios son “legítimos y necesarios” y están “en consonancia con el derecho y la práctica internacional”.

El portavoz chino recalcó que, además de “salvaguardar la soberanía y la integridad territorial”, los ejercicios buscan también “advertir seriamente a las fuerzas externas por su injerencia y provocaciones”, en referencia a Estados Unidos.

Antony Blinken, a la izquierda, saluda al presidente Xi Jinping. EFE

“Todos los actos separatistas en pro de la independencia de Taiwán serán recibidos con un golpe frontal por parte de los más de 1.400 millones de chinos”, aseveró Wang, al tiempo que instaba a Washington a que “deje de tolerar y apoyar a las fuerzas de independencia de Taiwán” y a que “deje de interferir en los asuntos internos de China”.

El portavoz respondía así a las declaraciones que realizó el comandante general del mando Indopacífico de Estados Unidos, Stephen D. Sklenka, quien calificó desde Camberra las maniobras militares como “preocupantes”.

La isla es uno de los principales motivos de fricción entre China y EEUU, ya que el país norteamericano es el principal proveedor de armas de Taiwán y podría intervenir para defenderla en caso de conflicto.

"Proteger la isla"

El militar estadounidense vinculó las maniobras militares chinas a la reciente investidura de Lai, que ayer aseguró que su Gobierno mostrará “determinación” a la hora de “proteger” la isla. Lai resaltó su “confianza” en el Ejército isleño y pidió a todos los ciudadanos “que estén tranquilos”. “Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas mi responsabilidad es proteger a nuestro país y proteger las vidas y propiedades de todo el pueblo taiwanés. Estaré en el mismo frente que mis hermanos y hermanas del Ejército para proteger conjuntamente la seguridad nacional”, señaló.

Primera oleada de este año

Con los ejercicios de ayer, China vuelve a recurrir a este tipo de maniobras por cuarta vez desde 2022, cuando llevó a cabo los primeros actos de este calibre en respuesta a la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a Taiwán, que enfureció a Pekín y elevó la tensión en el estrecho a límites inéditos en décadas.

Aquella visita desdibujó la conocida como línea media del Estrecho, una frontera no oficial pero cuya existencia China siempre ha negado, y marcó el aumento del número de incursiones de aviones chinos en la ADIZ taiwanesa. Pekín realizó otras dos maniobras en abril y agosto de 2023 en las que, aseguró, “comprobó la capacidad de combate real” de las tropas participantes, aunque en las de ayer abarcó por primera vez los archipiélagos periféricos de Taiwán.