El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha defendido ante un tribunal federal de apelaciones el archivo de las acusaciones contra él por un presunto delito de subversión tras las elecciones de 2020, en las que denunció fraude, alegando que por entonces gozaba de “inmunidad absoluta” y que siempre había actuado dentro de las competencias que le confería el cargo presidencial.

Así lo expuso Trump en un nuevo recurso con el que aspira a que un segundo tribunal determine que sí es inviolable en la investigación lanzada por el fiscal especial Jack Smith, después de que una corte de menor instancia determinase que no había motivos para paralizar el proceso.

En un escrito presentado el sábado por la noche, los abogados del magnate han recalcado que Trump actuó en calidad de presidente de Estados Unidos para “garantizar la integridad de las elecciones”. “Antes de que un fiscal pueda pedir por su cuenta a un tribunal que juzgue la conducta de un presidente, el Congreso debe juzgarlo y condenarlo”, argumentan los abogados del expresidente de Estados Unidos, según el escrito recogido por la cadena CNN.

El tribunal de apelaciones tiene previsto acoger el 9 de enero la vista para que cada una de las partes exponga estos argumentos, después de que el Tribunal Supremo rechazase pronunciarse antes de tiempo sobre el grado de inmunidad que tenía Trump cuando presuntamente cometió los delitos que ahora se le atribuyen. El juicio está previsto para el 4 de marzo.

Esto se produce después de que la jueza federal Tanya Chutkan, que instruye el caso a nivel federal contra Trump por intentar revertir el resultado de las elecciones de 2020, paralizara de forma temporal el proceso judicial debido precisamente a este desafío legal.

Chutkan ya rechazó en diciembre una petición del exmandatario en la que alegaba que estaba protegido por inmunidad presidencial. Asimismo, desestimó otra solicitud en la que afirmaba que el caso por fraude electoral en su contra violaba la Primera Enmienda. El magnate se enfrenta a cuatro cargos por conspirar contra Estados Unidos; por impedir que el Congreso certifique los resultados recogidos en las urnas; por conspirar contra el derecho al voto, así como por su intento de obstruir la certificación de las actas. El magnate se declaró no culpable de los cuatro cargos federales el pasado mes de agosto.