Irlanda del Norte debe reformar las instituciones de gobierno de poder compartido entre unionistas y nacionalistas para acabar con parálisis como la que mantiene suspendido el Ejecutivo de Belfast desde hace casi dos años, según recomendó ayer un informe del Parlamento británico.

Entre otras medidas, el Comité de la Cámara de los Comunes para Asuntos de Irlanda del Norte propone que los puestos de ministro y viceministro principal pasen a denominarse únicamente como “ministros principales conjuntos”. Asimismo, plantea eliminar la obligación de que esos cargos los designen los dos grandes partidos que representan a la comunidad nacionalista proirlandesa y la unionista probritánica, mayoritarias. El republicano Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA, ganó por primera vez en su historia las elecciones celebradas el pasado mayo, con lo que tiene el derecho de nombrar al ministro principal en virtud del acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), el texto que puso fin al conflicto.

No obstante, el Partido Democrático Unionista (DUP), se niega a presentar un viceministro principal mientras Londres y Bruselas no reformen los arreglos comerciales post Brexit para la región, al entender que éstos ponen en peligro sus vínculos con el Reino Unido.

Ambos cargos tienen la misma importancia y uno no puede funcionar sin el otro, pero el de ministro principal tiene asimismo gran carga simbólica para el unionismo pues lo ha ocupado ininterrumpidamente desde su creación en 1998.

Por ello, el citado comité recomienda que sus designaciones estén abiertas a cualquier partido y que la elección la decida una “supermayoría” de dos tercios de la Asamblea norirlandesa, frente al sistema actual que sólo requiere una mayoría de nacionalistas y unionistas. Así recuerda que comienza a extenderse la “sensación” de que “se debería tener en cuenta” al “creciente sector que no se identifica como unionista o nacionalista”.