El mensaje que había venido exponiendo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ante el conflicto entre Israel y Hamás lo lanzó directamente ayer al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu: “La lucha contra el terrorismo no puede ser sólo con la fuerza”. Una advertencia que le hizo en la reunión que ambos mantuvieron en Jerusalén junto al primer ministro belga, Alexander de Croo –que tomará el relevo de Sánchez el próximo 1 de enero en la presidencia de la UE–, quien completa la gira de la UE por Oriente Medio que incluye Palestina y Egipto. El encuentro con Netanyahu era a priori la parte más delicada de este viaje después de algunos cruces de declaraciones y comunicados entre la embajada israelí en España y el Gobierno español por la presencia en éste de ministros de Podemos con declaraciones muy críticas con Israel. Además, a su rotunda condena de los atentados de Hamás, Sánchez exigió a Israel que tenga una respuesta proporcionada. Llegó a considerar que es una “duda legítima” que se pueda plantear si Israel cumple con el Derecho Internacional a la vista de las imágenes de sufrimiento de Gaza y reclamó que permita la llegada de ayuda humanitaria a la Franja.

Decir la verdad

Sánchez instó a detener de forma urgente la catástrofe humanitaria en Gaza ante imágenes “insoportables” y a distinguir entre los objetivos terroristas y la protección de la población civil. Por ello reclamó pasos para un alto el fuego duradero. El presidente español respaldó asimismo que la Autoridad Nacional Palestina asuma la responsabilidad sobre Gaza y avanzar en la única solución que ve posible y “hoy más que nunca”: la coexistencia de dos estados, Israel y Palestina. Para lograrlo planteó la propuesta de la Unión Europea y que es respaldada por unas 80 naciones para celebrar en unos meses una conferencia de paz.

Netanyahu recibió a Sánchez y De Croo con un vídeo con imágenes de los ataques de Hamás con algunas secuencias muy duras, según fuentes españolas, y después explicó que los terroristas están luchando no por un territorio, sino por destruir el Estado judío con una ideología “que es una locura”. Tras acusar a Hamás de esconderse tras los civiles y usarlos como escudos humanos, defendió intentar acabar con ellos pero haciendo todo lo posible por minimizar las bajas entre la población, algo que aseguraba que está haciendo Israel en este conflicto. “Pero si las democracias lo toleramos y decimos que bajo ninguna circunstancia podemos entrar porque lamentablemente matarán a civiles, entonces habremos perdido”, comentaba Netanyahu, quien afirmó que está llegando más ayuda humanitaria a Gaza.

La agenda oficial incluía una visita al kibutz de Beeri, uno de los atacados por Hamás y en el que fueron asesinadas 85 personas y otras 30 permanecen como rehenes. Sánchez, protegido por un chaleco antibalas y con sonido de fondo de la artillería israelí, recorrió este enclave con casas destruidas y enseres esparcidos por las viviendas y las calles y reiteró su condena sin paliativos ante la barbarie que causa un dolor injustificado.

Desde allí, el presidente del Gobierno se trasladó a Ramala para reunirse con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, ante quien defendió la coexistencia de dos estados y su respaldo a que sea quien se responsabilice de Gaza.