El Ministerio de Exteriores de Rusia acusó este sábado a Ucrania de dañar en un ataque con drones los muros de una planta de desechos radiactivos en la central nuclear de Kursk, situada a 60 kilómetros de la frontera ucraniana.

"Uno de los drones, equipado con explosivos, se estrelló contra un almacén de desechos radiactivos, dañando sus muros", señala el comunicado de Exteriores.

El ataque, que tuvo lugar el jueves y en el que supuestamente también fueron alcanzados edificios administrativos, fue "dirigido especialmente" contra la central, según María Zajárova, portavoz de la diplomacia rusa.

En Kiev "no podían ignorar las consecuencias del ataque de los drones podría ser una catástrofe nuclear de gran magnitud que afectaría al territorio de muchos países".

Zajárova tachó el ataque de "acto de terrorismo nuclear" y expresó "una especial inquietud" por el hecho de que esa operación no podría tener lugar sin autorización "o incluso orden directa" de los patrocinadores occidentales de Ucrania.

Por lo que llamó a todos los países a condenar firmemente "las acciones bárbaras de Kiev", que consideró "extremadamente peligrosas" y que pueden acarrear "consecuencias irreparables".

La Administración de la central nuclear de Kursk, situada en la región homónima rusa fronteriza con Ucrania, informó la víspera de que operaba "con normalidad" pese al ataque.

Según la administración de la central, no produjo víctimas ni destrucciones y no repercutió de ninguna forma en el funcionamiento de la planta.

De acuerdo con el portal informativo Baza, las cargas explosivas de dos de los tres drones no detonaron.

La planta de Kursk cuenta con cuatros reactores, uno de los cuales fue retirado de servicio en 2021, y está situada junto a la ciudad de Kurchátov, a unos 60 kilómetros de la frontera con Ucrania.