El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó ayer que no ve argumentos para prolongar el acuerdo del grano, que permite la exportación de cereales desde los puertos ucranianos en el mar Negro, ya que la iniciativa ya no tiene un cariz humanitario sino comercial. “No veo qué argumentos tienen aquellos que quieren extender la vigencia de esta iniciativa del mar Negro, porque en lo que se refiere al grano ucraniano hace mucho que se convirtió en una iniciativa comercial”, dijo Lavrov en una rueda de prensa.

El jefe de la diplomacia rusa indicó que desde que está en vigor el acuerdo del grano mensualmente de los puertos ucranianos han zarpado dos barcos para el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, con cargas para países necesitados, y unos 90 con fines comerciales. Añadió que de los más de 32,5 millones de toneladas de grano ucraniano exportado sólo el 2,5% ha ido a países necesitados, mientras que el 40% ha tenido como destino la Unión Europea; el 24% China y el 10% Turquía.

En mayo pasado Rusia aceptó prorrogar sólo por dos meses, hasta el próximo 17 de julio, el acuerdo del grano y condicionó su ulterior participación en él al cumplimiento de los compromisos contenidos en el memorándum Rusia-ONU.

Se trata de la reconexión del banco agrícola ruso, Rosseljoznadzor, al sistema SWIFT, del suministro a Rusia de piezas de recambio para maquinaria agrícola, el desbloqueo de la logística de transporte y seguros, la puesta en marcha de la exportación de amoniaco a través de Ucrania y la liberación de los activos rusos congelados.

Lavrov afirmó que no se ha conseguido ningún avance en estos asuntos. El ministro reiteró que en caso de que el acuerdo del grano no sea extendido, Rusia suministrará gratuitamente a los países necesitados una cantidad similar o mayor que la que reciben acorde a la iniciativa del mar Negro.

Ucrania-Bielorrusia

Por otro lado, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ordenó ayer reforzar la frontera norte ante la llegada a Bielorrusia del jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, y de algunos de sus comandantes.

“La decisión es que el comandante en jefe, Valeri Zaluzhni, y el comandante del Grupo de Fuerzas Norte, Serguí Naev, apliquen un conjunto de medidas para reforzar esta dirección”, escribió Zelenski en Telegram tras una reunión del Estado Mayor del Comandante en Jefe Supremo con los mandos militares.

Añadió que la Inteligencia Militar de Ucrania (GUR), el Servicio de Inteligencia Exterior (SZR), el Servicio de Seguridad Ucrania (SBU) y el Servicio Estatal de Guardia de Fronteras (DPSU) informaron por separado de la situación en Bielorrusia. “La mantenemos bajo supervisión constante”, afirmó el mandatario sin mencionar directamente el traslado de Prigozhin y parte de sus comandantes a Bielorrusia.

Tras el abortado motín del fin de semana pasado en Rusia, Vladímir Putin dio a los mercenarios la opción de firmar contratos con el Ministerio ruso de Defensa, regresar a sus casas o exiliarse a Bielorrusia.

Naev aseguró en la cuenta de Telegram del mando de las Fuerzas Conjuntas de Ucrania que “actualmente no hay una amenaza directa” para Ucrania en el frente norte.

Campamentos wagneritas

Medios rusos informaron ayer que Wagner tendrá una de sus bases en la aldea Tsel, a unos 200 kilómetros de la frontera ucraniana, y gran parte de sus fuerzas ya se habrían trasladado a ese lugar, aunque la llegada de los combatientes continúa. El primer campamento de la milicia de Prigozhin podrá acoger a unos 8.000 combatientes, pero se prevé la construcción de más bases, de acuerdo con el medio de investigación.

Sin embargo, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, negó ayer que se hayan construido estos campamentos.

Situación

Avance ucraniano. Según la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, sus Fuerzas Armadas avanzan en todos los frentes. Así, en los flancos en torno a la devastada ciudad de Bajmut las fuerzas ucranianas se mueven “con confianza” y tienen “éxitos variables” en el sur.

Presión en Jersón. Sin embargo, Rusia negó ayer oficialmente los avances ucranianos, pero algunos de sus funcionarios y blogueros militares dejan de manifiesto la fuerte presión que sufren las tropas rusas en el frente.