Aunque la carrera electoral norteamericana para los comicios de 2024 todavía no ha empezado oficialmente, todo parece indicar que el Partido Demócrata cree que puede ganar las próximas elecciones con la candidatura repetida del actual presidente Joe Biden.

Su confianza se basa en lo que consideran debilidad de su adversario republicano, pues de momento parece que el ex presidente Donald Trump es el político con mayor apoyo dentro de las filas republicanas.

Las encuestas lo sitúan en torno al 50% con respecto a otros aspirantes del mismo partido, ninguno de los cuales llega al 30%. Sus posibles rivales van en estos momentos muy por detrás, aunque no se puede descartar que sus números mejoren a medida que avanza la campaña.

En este panorama, sería previsible que el Partido Demócrata haga todo lo posible para que Donald Trump sea efectivamente el rival de Biden: una opinión muy extendida es que Joe Biden, debido a su evidente senilidad y escaso apoyo popular, tan sólo puede ganar contra Donald Trump, hasta el punto de que probablemente hay otros candidatos dispuestos a tomar el relevo en caso de que los republicanos eligieran a otro candidato.

Trump contra varias causas penales

Sin embargo, la política de este país no deja de sorprender y los demócratas parecen actuar contra sus propios intereses, pues se están preparando para encausar a Trump. Entre las diversas causas que podrían esgrimir contra el magnate neoyorquino, la que más ha avanzado hasta ahora prevé convocarlo ante los tribunales en la primavera de 2024, es decir, en los comienzos de la campaña presidencial.

Aunque las leyes electorales norteamericanas no impiden que un encausado se presente a la primera magistratura del país –y a pesar también de que a lo largo de su dilatada carrera Donald Trump ha demostrado tener más vidas políticas que las legendarias siete de los gatos– cuesta imaginar que tenga una campaña viable mientras atiende a una –o probablemente varias– causas penales en su contra, ya sea por fraude fiscal, o por retener documentos clasificados, o por instigar con la invasión del Capitolio en Washington del 6 de enero de 2021 cuando Joe Biden había de tomar posesión como presidente de Estados Unidos.

De Santis, ocho millones en 24 horas

De esta forma, los demócratas se privan a sí mismos del que, por el momento, parece el candidato idóneo para que Joe Biden repita mandato. Tal vez crean que los votantes republicanos se mantendrán ciegamente fieles a Donald Trump, a pesar de los diversos juicios en su contra y de las posibilidades de otros candidatos republicanos, que ya han empezado a indicar su intención de participar en la campaña.

Esta misma pasada semana lo hicieron el gobernador de Florida, Ron DeSantis un hombre que goza de gran apoyo en su estado y admiración entre los republicanos de todo el país y Tim Scott, senador de Carolina del Sur desde hace diez años y el único senador negro en el Partido Republicano. En estos momentos, la popularidad de Trump es muy superior a la de DeSantis o de Scott, pero la situación puede ir cambiando a medida que sus rivales empiecen a ser más conocidos.

Scott, el gancho del voto de color

En el caso de DeSantis, su entrada en la campaña la hizo de la mano del multimillonario Elon Musk, en un programa de Internet que tuvo ciertas dificultades técnicas, algo que ya aprovechó inmediatamente Trump para atacar a su futuro rival. Pero el dinero es tan valor de mercado en la política como en el comercio y, tan sólo en las primeras 24 horas, Ron DeSantis recaudó más de ocho millones de dólares para financiar su campaña para las elecciones.

En cuanto a Scott, un hombre de modales suaves y sonrisa fácil, no hay duda de que generará el escarnio entre los demócratas que se consideran propietarios de la población negra (desde 1968, el porcentaje máximo de negros que votó por los republicanos fue del 13%), pero probablemente atraerá a un cierto número de población de color y probablemente más aún entre los blancos, que no verían con malos ojos llevar a la Casa Blanca a un político de color, como en el año 2008 hicieron los demócratas con la presidencia de Barack Obama: En un país cada vez más diverso con un porcentaje blanco en descenso, un candidato negro puede ofrecer grandes atractivos políticos.

Precisamente el riesgo de que Donald Trump pase la campaña electoral ante los tribunales hace su candidatura presidencial menos atractiva y abre probabilidades a sus rivales políticos. Cuesta así comprender los cálculos del Partido Demócrata para lanzar su artillería legal contra el expresidente y correr así el riesgo de eliminar al candidato cuya derrota creen asegurada.