La mayoría de los escoceses votaría sí a la independencia del Reino Unido –52% ante el 48%–, según una encuesta sobre la escisión, la primera desde que el Tribunal Supremo británico dictaminase que el Parlamento de Edimburgo no tiene competencias para convocar un referéndum sobre la separación. La encuesta, realizada entre el 26 y el 27 de noviembre, estuvo a cargo de la empresa Redfield & Wilton Strategies y divulgada ayer, una semana después de que la máxima instancia judicial británica estableciera que Escocia, sin autorización de Londres, no puede legislar para convocar un referéndum consultivo.

El sondeo, hecho entre 1.000 personas, quería indagar cómo los principales acontecimientos ocurridos en el Reino Unido en los últimos años podrían alterar la opinión de los escoceses sobre la independencia.

La salida de la Unión Europea (UE), contraria al deseo expresado en Escocia en 2016, ha sido el principal motor de este cambio de opinión, después de que en la primera consulta, que tuvo lugar el 18 de septiembre de 2014, el 55,3% de los escoceses votaron en contra de la independencia y el 44,7% lo hizo por el sí a la separación. Otra razón esgrimida para la independencia es la actual crisis energética y el coste de vida.

Pálpito de la calle

Ayer, en las calles de Edimburgo algunos ciudadanos se pronunciaban sobre este cambio acerca de un eventual nuevo plebiscito. “Escocia sería mejor fuera del Reino Unido,“ aseguró James Lenix, a cargo de un restaurante en el centro de Edimburgo, a quien le gustaría que “durante mi vida hubiera otra votación y la independencia”, pero “no ahora, quizá en unos años.”

“Debemos tener un plebiscito, Lo quiere mucha gente”, afirmó a Efe un ciudadano llamado Patrick Slimmer, mientras que otro, que se identificó como Gregory Jones, se mostró contrario porque el país está “en medio de una crisis, donde sufrimos para pagar la electricidad y el gas. La economía está de vuelta y media.”

Otra ciudadana, Matilde Evans, afirmó que “Escocia es parte del Reino Unido, unidos somos más fuertes, no veo la razón por la que Escocia deba pedir un referéndum”.

Cambio de líder

Por otro lado, el grupo parlamentario del Partido Nacional Escocés (SNP), gobernante en Escocia, cambiará de líder en la Cámara de los Comunes británica, después de que Ian Blackford anunciara ayer que deja el puesto tras cinco años.

Blackford comunicó a sus colegas que no se presentará a la reelección en la junta general de la semana próxima para centrarse en su labor de diputado por la circunscripción de Ross, Skye y Lochaber, así como en la campaña del SNP para lograr la independencia de Escocia. “Tras más de cinco años en el cargo, es el momento de que haya un nuevo liderazgo en (el Parlamento de) Westminster, cuando avanzamos hacia unas elecciones generales y damos los próximos pasos para conseguir la independencia”, señaló en un comunicado.

Blackford se ocupará de dirigir las relaciones con el mundo empresarial dentro de la campaña del partido liderado por Nicola Sturgeon.