La primera ministra británica, la conservadora Liz Truss, dijo ayer que está dispuesta a enfrentarse a quienes se oponen a su plan de crecimiento, incluso en su propio partido, para lograr “un nuevo Reino Unido” con bajos impuestos y mayor productividad.

“El statu quo no es una opción”, afirmó la líder tory al clausurar el congreso anual del Partido Conservador en la ciudad inglesa de Birmingham, que ha estado marcado por las divisiones internas y la anulación por sorpresa de las partes más polémicas de su estrategia.

Truss advirtió de que no se dejará amedentrar por “la coalición anticrecimiento” que, según ella, atenaza al país –“sindicatos”, “centros de estudios interesados”, “la izquierda”– y sacará adelante su programa basado en tres puntos.

Estos son, precisó, la rebaja de impuestos, la reducción de la deuda neta a medio plazo –se espera que esto conlleve recortes del gasto público– e iniciativas para facilitar la expansión económica, como, entre otras, la relajación de las normas de construcción, la erosión del derecho de huelga o la mejora de los servicios de cuidado infantil.

Disrupción

Truss, que se mostró pletórica ante las bases, aseguró que su plan “disruptivo” “beneficiará a todos” en el Reino Unido, aunque al principio cause trastornos.

Alentó a los conservadores a unirse “sin más dilación” en torno a su controvertido proyecto económico, después de que varios diputados rechazaran estos días la posibilidad de que recorte los subsidios sociales a los pobres para enjugar la deuda.

El pasado lunes, el ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, revocó su rebaja del 45 al 40% de la franja más alta del impuesto sobre la renta e indicó que adelantará la presentación de su plan económico –previsto para el 23 de noviembre– para calmar a sus filas y a los mercados financieros.

Truss aseguró ayer que Kwarteng y ella van “a una” en la aplicación del plan fiscal, pese a los rumores en este congreso de que podría despedirlo en una futura remodelación ministerial.

En un discurso en el que se mostró más apasionada de lo habitual, la dirigente defendió un cambio ideológico radical que forje “un nuevo Reino Unido para una nueva era”.

“Durante demasiado tiempo, nuestra economía no ha crecido como debería haberlo hecho. Durante demasiado tiempo, el debate político se ha centrado en cómo distribuimos un pastel económico limitado, cuando lo que necesitamos es hacer crecer el pastel para que todos obtengamos una porción más grande”, afirmó. “Por eso estoy decidida a adoptar un nuevo enfoque y sacarnos de este ciclo de altos impuestos y bajo crecimiento”, dijo.

Truss, que sustituyó a Johnson el 6 de septiembre, admitió que “el desafío es inmenso”, por la guerra en Ucrania, la reciente pandemia y “una crisis económica mundial”.