La Agencia de Inspección Nacional de Productos Estratégicos sueca informó este viernes de que ha vuelto a autorizar la venta de material militar a Turquía, una de las exigencias de Ankara a Suecia para aprobar la solicitud de ingreso de este país nórdico a la OTAN.

La intervención militar rusa en Ucrania provocó que Suecia y Finlandia abandonaran su tradicional no alineación militar para solicitar la entrada en la Alianza, de la que ya eran aliadas, una petición que se aprobó en la cumbre de Madrid de junio pasado.

Turquía levantó a última hora su veto a cambio de ciertas condiciones, plasmadas en un acuerdo, en el que se menciona el levantamiento de la oposición a la venta de armas por parte de Estocolmo y de Helsinki.

Según señaló en un comunicado esta agencia pública, encargada de controlar las exportaciones de equipamiento militar, la decisión afecta a "entregas de seguimiento" de material de guerra de otro tipo como equipo electrónico, programas informáticos y ayuda técnica y es un "efecto directo" de la solicitud de entrada a la OTAN de Suecia.

"La solicitud de Suecia refuerza en alto grado los motivos de defensa y política de seguridad que hablan en favor de permitir la exportación de material de guerra a otros países miembros, entre ellos Turquía", escribe el ISP (por sus siglas en sueco).

El ISP resaltó que el permiso se ha concedido de acuerdo con el Consejo de Control de Exportaciones, del que forman parte los partidos con representación parlamentaria, y atendiendo a los cambios en la política de seguridad sueca.

Ese organismo resaltó asimismo que no había ningún embargo de armas contra Turquía como tal, aunque había retirado en octubre de 2019 el permiso de venta a Ankara tras sus ataques a las milicias kurdas en Siria.

OTAN

Turquía es uno de los pocos países de los treinta que componen la OTAN que aún no ha aprobado las solicitudes sueca y finlandesa y representantes de los tres países han mantenido desde la cumbre de junio varias reuniones de seguimiento del acuerdo.

En el compromiso entre Ankara, Helsinki y Estocolmo se incluye también la extradición de supuestos terroristas a Turquía, que reprocha a ambos países, sobre todo a Suecia, sus políticas "tolerantes" hacia el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía y las milicias kurdas de Siria.

Ankara ha señalado varias veces posteriormente que puede reactivar el veto y que su levantamiento sigue "condicionado", algo que ha reiterado por ejemplo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

El Gobierno sueco confirmó el pasado 11 de agosto la primera extradición de un ciudadano turco desde el levantamiento del veto, aunque aseguró que se trataba de un caso rutinario de una persona condenada por varios delitos de fraude en su país de origen.