El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, participó ayer en una ceremonia en el Pentágono coincidiendo con el 21er aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el propio Pentágono el 11 de septiembre de 2001.

Biden participó en una ceremonia de entrega de corona de flores por las víctimas acompañado del secretario de Defensa, Lloyd Austin, y del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el general Mark A. Milley. “El terrorismo nos atacó en esa brillante mañana azul. El cielo se llenó de humo y después llegaron las sirenas (...). La historia de Estados Unidos cambió ese día, (pero) lo que no cambió, lo que no podemos cambiar, lo que jamás cambiará es el carácter de esta nación, el que los terroristas creían que podrían herir”, afirmó Biden.

El mandatario destacó de este “carácter” estadounidense el “sacrificio, el amor y la generosidad, la fuerza y la resistencia”. “En los días siguientes al 11-S vimos de qué está hecho Estados Unidos”, indicó Biden, que recordó en particular a los civiles que arrebataron a los terroristas el control del Vuelo 93, a los policías y bomberos que trabajaron en la Zona Cero.

En cuanto a los civiles del Vuelo 93, Biden destacó que “estaban viviendo el primer disparo de una nueva guerra y eligieron contraatacar y sacrificarse para evitar que su avión se utilizara como un arma”.

Biden prometió “no olvidar nunca jamás” e insistió en la necesidad de “hacer justicia con los responsables de los atentados”. “Llevó diez años cazar a Osama bin Laden, pero lo hicimos y este verano y he autorizado un ataque contra Al Zawahiri, mano derecha de Bin Laden en el 11-S y actual líder de Al Qaeda. Jamás olvidaremos, jamás nos rendiremos”, relató Biden.

La primera dama, Jill Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, se desplazaron a los demás lugares de los atentados, el World Trade Center y el campo donde se estrelló el Vuelo 93 en Pensilvania.