La conmoción por el atentado perpetrado el pasado jueves en el paseo marítimo de Niza, donde unas 30.000 personas disfrutaban de los fuegos artificiales de la Fiesta Nacional francesa, se acentúa según se conocen las circunstancias personales de algunos supervivientes y fallecidos en la matanza. Al tratarse de un evento festivo en pleno verano en una localidad costera, muchos de los protagonistas de esa trágica noche son niños y menores de edad que presenciaban el espectáculo en familia.

Es el caso de Tylian, el bebé de ocho meses que sus padres perdieron en medio de la estampida de pánico del ataque y que lograron localizar sano y salvo gracias a las redes sociales. “Una señora vio lo que pasaba y tuvo el reflejo de recogerle y sacarle de su carrito, sin pensar o mirar si sus padres estaban a su lado. Reaccionó así para protegerle. Le tomó y salió corriendo para refugiarse en la casa de unos desconocidos”, explicó a los medios la tía del pequeño, Tiava Banner.

Fue ella quien publicó en Facebook una foto del bebé y un mensaje pidiendo ayuda para localizarle, que los internautas compartieron 22.000 veces y que sirvió para que pudieran dar con la persona que ayudó a Tylian. Una señora contactó con la tía para decirle que tenía con ella un bebé que se ajustaba a la descripción. “Me envió una foto en privado y era él. Grité de alegría y le dije que iba enseguida con mi marido”, agregó en los micrófonos de RTL la tía de Tylian al resumir una historia con final feliz que ha emocionado a un país de luto.

Sin embargo, no todos los relatos de búsqueda de menores a los que se perdió la pista en el paseo de los Ingleses en la noche del jueves tuvieron un desenlace tan afortunado. Uno de los primeros testimonios de víctimas que estremeció a propios y extraños fue el de un hombre que el viernes se dirigía desesperado y descompuesto de dolor a las cámaras de televisión preguntando: “¿Dónde está mi hijo?”. Tarah, nombre de pila al que responde el padre, ya sabía entonces que su esposa, Olfa, había fallecido. Pero no lograba encontrar a su hijo Kilian, a quien su madre había llevado a ver los fuegos artificiales junto al mar.

El personal del hospital Pasteur de Niza le comunicó 48 horas después que su esposa y Kilian, de cuatro años, formaban parte de la lista de 84 víctimas mortales del ataque. Tras conocerse la noticia de esa familia rota, a través de la plataforma de Internet Leetchi se ha organizado una colecta para ayudar a Tarah, de 39 años, y que lleva ya recaudados más de 5.300 euros.

Detrás de la campaña se encuentra una vecina de Niza que conocía a la familia y que asegura que quiere ayudar a que Tarah pueda repatriar los cuerpos de sus familiares a Túnez, de donde eran originarios su esposa y su hijo, al igual que el autor de la masacre. “Quiero que esto les ayude a avanzar. Es una familia que no tiene muchos recursos”, comentó a la cadena BFM TV.

Otro padre que se ha hecho tristemente célebre es Timothé Fournier, un hombre de 27 años y originario de París que sacrificó su vida para salvar a su pareja, embarazada de siete meses. Al ver al camión acercarse tuvo tiempo para empujar a un lado a su novia, pero no para escapar él mismo del impacto del vehículo. Timothé se ha convertido en el trágico héroe del atentado con 84 víctimas mortales y más de 200 heridos.