Dublín - El fallecimiento ayer del reverendo Ian Paisley representa el fin de una era en Irlanda del Norte, cuyo proceso de paz no se entendería sin este político que logró abandonar su papel de agitador y acercarse a sus enemigos. Así lo recordó ayer Tony Blair, jefe del Gobierno británico entre 1997 y 2007 y testigo directo de la increíble transformación experimentada por el dirigente protestante, fundador del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP). “Comenzó como un activista. Acabó como un pacificador”, dijo el exprimer ministro laborista después de que Eileen Paisley anunciara en un comunicado la muerte de su marido a los 88 años de edad.
Alejado ya de la política activa desde 2010, el líder unionista, partidario de la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido, sufría problemas de salud en los últimos años y en 2012 padeció un ataque al corazón. Cinco años antes, en 2007, había sorprendido al mundo al acceder a compartir el Gobierno norirlandés con el Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), su otrora archienemigo nacionalista.
Martin McGuinness, excomandante del IRA, destacó el trabajo efectuado por Paisley, con el que llegó a tener una cálida relación de trabajo “en los últimos tiempos de su carrera política”, que sirvieron, dijo, para “generar acuerdo” y “guiar al unionismo” hasta un entendimiento con “republicanos y nacionalistas”.