Hace alrededor de un año, Porsche presentaba la nueva evolución de su modelo ‘de serie’ más radical: el 911 GT3 RS. Quizá no es tan potente como el nuevo 911 Turbo S (que acaba de estrenar una mecánica híbrida para ofrecer un total de 711 CV, siendo el 911 más potente de la historia). Sin embargo, qué duda cabe que es el más auténtico y salvaje.
Todas sus cifras son espectaculares: de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, 525 CV, 296 km/h de velocidad máxima, un motor que puede funcionar a 9.000 rpm, un precio que arranca en los 286.470 euros (aunque si te das una vuelta por el configurador y le añades una pintura exclusiva, muchos elementos en fibra de carbono y algún que otro gadget se va a los 390.000 euros) y la capacidad de dar una vuelta al circuito alemán de Nurbürgring en apenas seis minutos y 49 segundos. Con semejantes credenciales, no parece que exista un rival capaz de superarle en un ‘cuerpo a cuerpo’...
La electricidad en pequeño formato
Sin embargo, existe un vehículo de la firma McMurtry Automotive al que, incluso, el Porsche ‘le sabe a poco’. El modelo se llama Spéirling PURE, es un eléctrico del que solo se van a fabricar cien unidades… y echándole un primer vistazo parece un vehículo de juguete que apenas mide 3,7 metros de largo (es decir, como un Dacia Spring) y solo tiene 1,02 m de alto. Sin embargo, sus datos mecánicos y de rendimiento demuestra que va muy en serio.
De hecho, el fabricante anuncia para este monoplaza una potencia de 1.014 CV, una velocidad máxima de 299 km/h y una asombrosa aceleración de 0 a 100 km/h en segundo y medio, en un deportivo de propulsión trasera y con un peso de unos 1.200 kg. De acuerdo, son cifras llamativas, pero… ¿lo suficientes como para justificar un precio de 1,15 millones de euros, sin incluir los impuestos? Puede que sí, pero es que hasta ahora hemos visto datos de lo que es capaz en línea recta. Pero donde el Spéirling lo da todo es… cuando toca girar el volante (y cuanto más mejor).
El secreto: ‘se pega al asfalto’
Es muy probable que hayas escuchado esta expresión en boca de multitud de periodistas o en dossieres de prensa de un fabricante alabando las virtudes de su nuevo modelo deportivo. Y aunque sea cierto que hay modelos que por su puesta a punto o por sus excelentes neumáticos ofrecen un gran nivel de adherencia al suelo, lo de ‘ir pegado al asfalto’ no dejaba de ser una exageración… al menos, hasta ahora.
De hecho, una de las características más llamativas del McMurtry es que cuenta con dos enormes ventiladores en la parte inferior, cuyas hélices girando a 23.000 rpm son capaces de provocar un efecto de succión del aire y expulsarlo por detrás como si fuese un caza de combate. Ojo, porque dichos ventiladores son capaces de generar hasta 2.000 kg de carga aerodinámica… aunque el vehículo esté detenido.
El resultado es que incluso en las curvas más cerradas, el Spéirling parece desafiar cualquier ley de la física (de hecho, ofrece pasos por curva en los que se generan 3G de fuerza centrífuga, por lo que se necesita a un piloto muy en forma para soportarlo); también es capaz de hacer frente a la ley de la gravedad, porque ya se han publicado varios vídeo en el que se puede ver a este coche circulando en posición completamente invertida.
Con semejantes credenciales, es lógico que este modelo se haya convertido en todo un ‘rompe-récords’ de todos aquellos trazados o tramos en los que el fabricante le han puesto dar unas vueltas para ‘destrozar’ el crono. Por ejemplo, el McMurtry logró el tiempo más rápido registrado en la historia del Goodwood Festival of Speed, en Reino Unido, empleando tan solo 39,08 segundos (y con el piloto Max Chilton, ex-F1, al volante) en esta mítica subida. Eso quiere decir que se impuso a todos los vehículos participantes en 32 ediciones de este certamen, incluidos Fórmula 1 y prototipos eléctricos.
Por otro lado, si eres amante de los programas de motor, seguro que conoces Top Gear y su famoso circuito de pruebas por el que han pasado cientos de deportivos en más de 20 años. Pues bien, el McMurtry ha establecido una colosal vuelta rápida de 55,9 segundos, logrando bajar el anterior récord, de 59 segundos, establecido en 2004 con el Renault R24 de Fórmula 1.
Y eso no es todo: en el trazado de Laguna Seca, cuando el modelo aún estaba en fase de prototipo y con una potencia y una carga aerodinámica limitadas al 50%, estableció un tiempo de 1:18:413, situándose como el más rápido en dar una vuelta al circuito, algo que logró, como dicen los responsables de la marca, “de forma accidental”. Lo mismo sucedió en el circuito de Castle Combe, considerado el pueblo más bonito de Inglaterra; en este trazado, el Spéirling logró una vuelta en 54,4 segundos, funcionando al 80% de su potencia máxima.
Pero volviendo al principio, ¿qué pasó con el Porsche 911 GT3 RS cuando se enfrentó al pequeño McMurtry de propulsión eléctrica? Que este último ‘le destrozó’ en el circuito de Top Gear, quedando ya para el imaginario colectivo el momento en el que adelantó por fuera al deportivo alemán en la curva más cerrada del trazado.