La DGT confirma nuevas normas para motoristas y ciclistas en 2025
El objetivo es reducir la siniestralidad y mejorar la convivencia en carretera
La Dirección General de Tráfico (DGT) anuncia la entrada en vigor de un paquete de ocho nuevas normas dirigidas a motoristas y ciclistas a partir de este 2025. El organismo justifica estas medidas en la necesidad de reforzar la seguridad de los dos colectivos más vulnerables en la carretera, que concentran una parte importante de la siniestralidad anual.
Más protección para motoristas
Entre los cambios más destacados para motoristas está la obligatoriedad del casco integral o modular en vías interurbanas, quedando los modelos abiertos restringidos al ámbito urbano. La medida pretende disminuir lesiones craneales, que siguen siendo la principal causa de fallecimiento en accidentes de moto. A esta exigencia se suma la de usar guantes homologados, con el fin de proteger las manos en caso de caída.
La DGT también hace obligatorio el uso de elementos reflectantes visibles desde al menos 150 metros en condiciones de baja visibilidad, lo que permitirá a otros conductores detectar la presencia de motociclistas con mayor antelación. Además, se introduce una novedad muy esperada por este colectivo: la posibilidad de circular por el arcén en situaciones de tráfico congestionado, aunque con un límite máximo de 30 km/h.
Otro aspecto relevante es la incorporación de una mayor formación práctica en tráfico abierto dentro de los cursos de conducción segura, que será obligatoria a partir de julio de 2025. De este modo, la DGT busca que los motoristas no solo reciban teoría en pista cerrada, sino también experiencia directa en carretera real.
Cambios en la normativa para ciclistas
En el caso de los ciclistas, la normativa se centra en aumentar su visibilidad y protección en vías urbanas e interurbanas. A partir de este año será obligatorio portar reflectantes con la misma exigencia que en las motos, con visibilidad mínima de 150 metros en condiciones adversas.
Se regula también la circulación en grupo, permitiendo que las bicicletas circulen en paralelo, aunque limitando la ocupación a dos carriles y siempre manteniéndose lo más cerca posible del margen derecho de la vía. La DGT autoriza asimismo la circulación en sentido contrario en calles de un único carril limitadas a 30 km/h, una medida que ya funciona en ciudades europeas y que busca facilitar la movilidad urbana en bicicleta.
Otro punto clave es la obligación de los conductores de reducir 20 km/h el límite de velocidad al adelantar ciclistas, manteniendo siempre la separación mínima de 1,5 metros o, en su defecto, cambiando de carril de forma completa para garantizar la seguridad.
Una apuesta por reducir los accidentes
La DGT enmarca estas novedades dentro de su estrategia de reducción de accidentes de tráfico y protección de los colectivos más vulnerables. Motoristas y ciclistas siguen concentrando un alto índice de siniestralidad, por lo que el organismo considera prioritario reforzar la prevención y la convivencia con el resto de vehículos en carretera.
Estas normas suponen un cambio importante en los hábitos de conducción, tanto para motoristas como para ciclistas, que deberán adaptarse a nuevas exigencias para circular de manera más segura. La DGT insiste en que la seguridad vial no depende solo de la normativa, sino también de la responsabilidad individual y de la concienciación de todos los conductores, que deben entender que compartir la carretera implica respeto mutuo. El reto ahora es que estas medidas no se queden en el papel, sino que se traduzcan en una disminución real de la siniestralidad y en una movilidad más segura.