Marc Márquez estrena con muy mal pie el título de MotoGP

“Quiero terminar el año sin hacerme daño, sin cometer errores estúpidos”. Ese fue el objetivo que se marcó a corto plazo Marc Márquez después de proclamarse campeón del mundo de MotoGP. En el Gran Premio de Indonesia llegaron los errores y pudo hacerse daño. El piloto de Cervera protagonizó su peor actuación del año en un viernes: sufrió dos caídas y se quedó fuera de la Q1 por primera vez este curso.

Márquez admitió que una vez ceñida la corona, el cuerpo rebajó la tensión, que se sentía agotado, con necesidad de vacaciones. Mostró su lado más humano mientras la atención mediática se focalizaba en los próximos desafíos, en cómo podría cerrar una campaña de dominación aplastante.

En su primera puesta en escena tras una semana de celebración, Márquez pareció despojado de la ambición. “Aquí no ganaré ni mañana ni el domingo. Y difícilmente estaré en el podio”. Así, tajante, se ha mostrado después de una jornada de entrenamiento aciaga en Mandalika, el circuito maldito para el campeón.

“Una vez acabado el campeonato, el objetivo está cumplido y lo dije, y cuando lo digo es lo que siento: mi objetivo es acabar el año y ya el 2026 volveremos a intentar dar el cien por cien, pero una vez cerrado el Mundial, la prioridad es pasar esta carrera y, luego, a partir de Australia, coger un buen ritmo”, así ha justificado la puesta en escena en Indonesia.

Las sensaciones son “muy raras”. “La verdad es que no ha sido la mejor manera de celebrar el Mundial, pero no es la primera vez que me pasa aquí, en Mandalika. Definitivamente, no es mi circuito, es el peor para mis sensaciones. Pero, es verdad que esta mañana he empezado y no iba del todo mal; iba bien, iba cómodo. Pero, luego, por la tarde, he salido y he tenido dos caídas muy raras”, repasado. En resumen, “es solo una cosa de sensaciones mías”, ha incidido.

Seguido Márquez ha analizado las caídas: “La primera ya ha sido de delante, pero ha venido todo del problema de detrás; la segunda, también un highside raro, que normalmente la Ducati trabaja muy bien la electrónica. Nada, ha sido cambiar el neumático y, otra vez, buenas sensaciones. Lo que pasa es que venía de dos ‘palos’, sobre todo el segundo más fuerte, y no quería volverme a caer”.

El problema fue el mismo que sufrieron la mayoría de los pilotos que montan la Ducati: la carcasa trasera del neumático Michelin. De ahí que Marc Márquez fue undécimo, Álex Márquez acabó décimo y Franceco Bagnaia, decimoséptimo. Así, Márquez está obligado a arriesgar mañana si desea salir entre las mejores posiciones de la parrilla de salida. Deberá afrontar la repesca.