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Juanma Molinero

Adjunto a la dirección

Errekalde

Bares que marcan la juventud de uno

Errekalde

Hay bares que forman parte de tu vida. Bares en los que has conversado, quedado, reído, bebido y comido (mucho), bailado (poco), has jugado al mus y al tute partidas interminables, has visto partidos de la Real como si estuvieras en la grada y has pasado, de chaval, más horas que en tu propia casa. Nuestro bar era el Errekalde. Digo era porque cerró el pasado miércoles, después de 51 años de historia, y nos hemos llevamos un disgusto. Más de medio siglo en los que Jaione, Eñaut, Mariví, Fernando, Peio y compañía han convertido el Errekalde en un lugar indispensable. Por aquello de acabar con una sonrisa, recordaremos un estrambótico suceso que ocurrió un Lunes de Carnaval de los 90. Tres amigos nos disfrazamos del anuncio de Cola Cao que protagonizaban entonces Roberto Carlos, Rivaldo y Denilson. Yo iba de Denilson. Entramos en el Errekalde con un balón de playa (en esto fuimos precursores, Vinícus vino después) y un tipo vestido de cura pegó tal hostiazo al esférico que fue directo a mi cara. Yo estaba en esas atizándome un vermú, así que el balón impactó en el vaso de cristal, éste en mi dentadura y de ahí cayó al vaso el incisivo central superior, la paleta. Así que, vestido del Betis, pasé de ser Denilson a El Risitas del programa de Jesús Quintero.