Periodista cultural donostiarra. Máster en Periodismo de Investigación y Datos. Crítico de cine y jurado de los Premios Feroz. Torpe, olvidadizo y obsesionado con Ingmar Bergman y la animación. En una entrevista, Ryan Gosling se rio de él.
La cultura del sacrificio
Eso a lo que llaman la 'cultura del sacrificio' es el mayor gol que nos ha colado el capitalismo
Eso a lo que llaman la cultura del sacrificio, que no es otra cosa que la ética protestante del trabajo, es el mayor gol que nos ha colado el capitalismo. Gente que no la ha hincado en su vida te exige que te dejes el lomo, Hulio. Prometen el Sueño Americano, cuando su sueño está hipervitaminado por su condición de clase. Son ricos y se llaman a sí mismos emprendedores, no te jode. Te llama vago gente que contrata cursos para aprender a ligar, se vuelve loco haciendo burpees o ha dado el campanazo, sin mover un dedo, ahora que Bitcoin ha llegado su máximo histórico. Para el sistema nunca es suficiente: cumples tu jornada laboral, te llevas el trabajo a casa y ni siquiera así lo es. Si crees que te tienes que sacrificar, nadie necesitará explotarte, ya lo harás tú solo. La realidad es que al final del camino nunca hay premio o, si lo hay, es para muy pocos. Dicho de otro modo, sudar la gota gorda para obtener algo a cambio es como jugar a la lotería. Hay telepredicadores –es decir, coaches–, incluso, que aseguran que esta es la manera en la que caer en la gracia de Dios y que será Dios quien te bendiga con el éxito y el dinero. Es lo que promulga la Teología de la Prosperidad, que conservadores como Trump inoculan en la sociedad occidental. Y si todo esto solo sirve para seguir siendo esclavos, entonces, ¿para qué nos esforzamos?