Se cumple un año desde que las tarjetas prepago comercializadas por Correos fueron bloqueadas y sus dueños se quedaron sin el dinero que tenían ingresado en ellas. Eran esas tarjetas que se vendían bajo la fórmula de “compra segura” en el comercio online y para tener “los gastos bajo control”, por ejemplo para que tienen hijos estudiando fuera les ingresen los pagos para los viajes, la comida o el ocio sin temor a que se lo gasten de una tacada. Para esa chavalería estaban pensados esos dibujos de un conocido videojuego que adornaban las tarjetas y los beneficios que les transferían para seguir jugando. Pero Correos lleva un año lavándose las manos después de que esa gente se quedara sin su dinero alegando que, aunque la tarjeta se contratara con ellos, llevara su nombre, su logo y las recargas se hicieran en su propia web, Correos España no tiene nada que ver, así que los manda a llorar a Irlanda. Y Consumo, ese extraño ente que nadie sabe para qué está, les da la razón para desesperación de los perjudicados, que siempre pierden en favor de quien inventa las reglas del juego. Se cumple un año y Correos sigue sin decir cuántos afectados hay y cuánto dinero han perdido. Y para conmemorar la efeméride, ha lanzado su nueva campaña para dar a conocer sus nuevas tarjetas prepago en busca de nuevos ilusos.