En marzo de 2022, con los tanques de Putin entrando en Ucrania, la Unión Ciclista Internacional (UCI) prohibió competir a los seis equipos profesionales rusos y suprimió todas las pruebas previstas en el país.
A los mandamases del ciclismo les faltó tiempo para “condenar enérgicamente la agresión” (así rezaba su comunicado) de Rusia a Ucrania. El Gazprom–RusVelo, un equipo que solo conocían los muy cafeteros del ciclismo, perdió su licencia UCI y al poco tiempo desapareció.
Que la UCI, como si fuera el Gobierno de Suiza, apela ahora a la "neutralidad política " para lavarse las manos y no expulsar al Israel Premier-tech es tan hipócrita como las actitudes que muestran todos los organismos deportivos mundiales desde que el Gobierno de Netanyahu decidió arrasar Gaza.
El año pasado, cuando los muertos en la Franja ya se contaban por miles, ningún gobernante con mando en plaza abrió la boca para impedir la presencia de deportistas israelíes en los JJOO de París.
Estos días Israel está disputando el Eurobasket, del mismo modo que el Maccabi de Tel Aviv es un fijo en la Euroliga y el CSKA de Moscú fue excluido hace tres años. Se aplica una doble vara de medir. Y pagan justos (los deportistas) por criminales (Netanyahu o Putin)