Juro (o prometo, que igual lo de juro queda rancio) que durante la semana se me ocurren 300 ideas para llenar esta esquina, pero cuando llega el día de autos se me han olvidado todas y me quedo como las vacas mirando a la Y vasca. Hoy iba a escribir de la Operación Salida y Retorno, que es el único tema que he creído recordar, pero veo que quien hace el Editorial se me ha adelantado (cachis) y no es cuestión de repetirse al precio que está el papel ni tampoco de cabrear al que lleva las redes sociales de la DGT, que la última vez que me lamenté por aquí porque no tuvieran nueva campaña para prevenir accidentes me tuvo que corregir y decir que sí, que haberlas haylas, aunque sean como las meigas (eso lo aporto yo, que no se ponga triste otra vez). Me temo que hace demasiado tiempo que no hay una campaña potentona de la DGT ni de Tráfico del Gobierno Vasco para concienciarnos de no hacer el gilipollas, que las desgracias ya vienen solas, como para buscar más. Que igual habla el publicista que estudié y quise ser y no el periodista de rellenar esquinas que estudié y soy, pero no me viene nada que haya trascendido en mucho tiempo. Todas las que recuerdo tienen su tiempo. Y, como dicen los compis de la tele y la radio, me quedo sin tiempo –yo sin espacio– y sigo sin saber de qué iba a escribir.