Lo que son las cosas… Pocas horas después de que Donald Trump negara que la Franja de Gaza estuviera sufriendo un genocidio, Benjamin Netanyahu anunció su intención de ocupar el territorio palestino en una nueva horrible ofensiva. O lo que es lo mismo… Mientras el presidente de Estados Unidos, que sigue moviendo los hilos del planeta, se jacta de que su país es el “único” que está aportando dinero para alimentar a la población gazatí, su querido colega convocó ayer una reunión de su gabinete de seguridad con el propósito de “ir a por la ocupación total de la Franja de Gaza”. Ya ni disimulan, son socios del mismo negocio, que no es otro que la ocupación de las tierras palestinas para beneficio propio cueste lo que cueste, aunque se lleven infinidad de vidas de inocentes por delante. El genocidio es implacable, despiadado, inhumano, pero el primer ministro de Israel sigue en sus trece desoyendo a las numerosas voces de la comunidad internacional que piden frenar esta crueldad. Incluso a voces israelíes, como la de exaltos cargos militares y alguna que otra persona influyente que ya se está movilizando en su país. Pero nadie consigue pararles. Netanyahu y Trump continúan siendo protagonistas de una barbarie que no cesa. ¿Hasta cuándo?